Protected: Deyka Sánchez - CM
Módulo III Capellanía Ministerial (M.C.M.)
Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo. Hebreos 13:3
Deyka Aula Virtual
Bienvenida Deyka Sanchez!
1. Datos Biográficos
Deyka Sánchez
Número de Identificación de Estudiante [CCUC-CM3902-02]
Los cuatros últimos números de su Numero de Identificación serán los de su placa.
2. Programa de Estudio: Capellanía Ministerial
Módulo III- Capellanía/Ministerial
3. Fecha de Inicio
Diciembre 16, 2019
Dios le bendiga Capellán Deyka!
Bueno, nosotros NO retiramos los exámenes. La Comisión de Capellanía usa una plataforma, que está programada para darle un tiempo determinado a los estudiantes para hacer y someter sus exámenes.
Generalmente le damos a los estudiantes dos (2) días para hacer sus exámenes. Luego de ese espacio de tiempo el examen automáticamente es cerrado. Le hemos puesto los dos exámenes de las últimas dos clases.
Lamentamos los inconvenientes para usted. Recientemente la persona encargada de coordinar los pedidos de estudiantes, partió con el Señor debido al COVID-19, y ya otra persona estará a cargo de esas labores.
Capellana Deyka, su nombre no ha sido cambiado, eso es un saludo a usted! Es como decir: Hola Deyka, o Hi Deyka. La plataforma usa Howdy Deyka, como una forma corta de decir: How do you do Deyka. Todos los capellanes tienen la misma expresión.
https://www.dictionary.com/browse/howdy
En Sus Pasos
Capellán Dr. Salomon A. Ballestero
Escuela de Capellanía Unión Cristiana
Currículo del Curso de Capellanía
La Escuela de Capellanía Union Cristiana provee la instrucción que usted necesita para equiparlo para ir a lugares que usted nunca antes ha visitado. Nuestros instructores le enseñarán las destrezas necesarias para alcanzar y cuidar de las personas en el mundo del siglo XXI. Para estudiante en nuestro plantel, El curso consiste en 60 horas de seminarios presenciales bajo la supervisión de un Profesor de Capellanía Certificado.
Profesores:
Bishop Dr. Juan E. Fernández
Eduardo M. Bustamante Ph.D.
Capellán Dra. Sabina Fernández
Capellán Dr. Salomón A. Ballestero
Capellán Rev. Dr. Pedro J. González
Currículo del Curso
La Historia de la Capellanía
Labor Pastoral de un Capellán
Capellán Ordenado
Pastor Espiritual
Consejero Cristiano
Labor del Capellán en sus Diferentes Etapas
Capellanía Militar.
Capellanía Ministerial
Capellanía Hospitalaria.
Capellanía de Hospicio.
Capellanía Empresarial.
Capellanía Carcelaria.
Capellanía Escolar y Universitaria
La Perspectiva Teológica de la Capellanía.
La Perspectiva Legal de la Capellanía
Historia de la Comisión de Capellanía
la Necesidad de la Capellanía en el Ministerio de la Iglesia
Y muchos otros temas de estudios
ACERCA DE ESTE PROGRAMA DE CAPELLANIA: El programa de Módulo III – Capellán/Ministerial consiste en cursos que permiten a los estudiantes prepararse y tener una mejor comprensión de los fundamentos del Ministerio de Capellania. El programa consta de diez módulos / clases en línea, que son el equivalente a sesenta horas de estudio; y requisitos de modulos de estudios, equivalentes a sesenta horas de estudio.
REQUISITOS EN LÍNEA DEL PROGRAMA DE CAPELLANIA: El programa del Módulo III – Capellán/Ministerial requiere un total de 10 Módulos / Clases, que se completarán en línea. Los capellanes tomarán el Módulo / Clases y al final de la clase estarán listos para tomar la Prueba / Examen para esa clase. Estos requisitos también se aplican a los capellanes en el campus, pero las clases se presentan en vivo con un profesor de le Escuela de Capellania.
PARA EL ESTUDIANTE: NO ADELANTES EL PROCESO, FAMILIARIZATE BIEN CON EL MATERIAL DE ESTOS MÓDULOS DE ESTUDIO, CUANDO TERMINES UN MÓDULO DE ESTUDIO SOMETE EL QUIZ O EXAMEN DE ESA CLASE, Y PASA AL PROXIMO MÓDULO.
Asignación para las clases se darán durante el transcurso de estudios
Asignación para esta clase comprar el [libro Capacitado Para Orientar]
PARA VER LA CLASE FAVOR HACER UN CLICK SOBRE LOS TÍTULOS
FAVOR DE USAR LA PASSWORD EN ROJO PARA ENTRAR AL MODULO I. – M1CCE#370
MAESTRO MÓDULO I- CAPELLÁN/COMUNITARIO
Capellanía Hospitalaria.
Profesor:
Dr. Eduardo Bustamante.
drbustamante@ccuccapellanes.org
Estimado estudiante, ¡Bienvenido al Módulo III de la Escuela de Capellanía Unión Cristiana! En esta clase estaremos estudiando CAPELLANÍA HOSPITALARIA, El propósito de esta clase es familiarizarlo con el proceso de establecer su ministerio de Capellanía en los Hospitales. El Capellán Ministerial reconocerá que el proceso requiere una preparación, y un proceso sistemático de pasos a seguir para obtener el éxito en este importante ministerio. CAPELLANÍA HOSPITALARIA se compone de dos lecciones, esta es la PRIMERA PARTE. Por favor estudiantes no avancen en este material a la ligera! el deseo de la Comisión es que usted este debidamente capacitado y preparado, para representar a Cristo, y la institución.
Cualquier pregunta que tengas, puedes escribirme a mi correo electrónico: drbustamante@ccuccapellanes.org
El Mandato Bíblico Para El Ministerio
VERSÍCULO LLAVE:
“… Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque… estuve enfermo, y me visitasteis.”
(Mateo 25:34)
OBJETIVOS:
Al concluir esta lección usted será capaz de:
Proveer las referencias del mandato bíblico para el ministerio de Hospitales.
Explicar por qué los creyentes deben estar involucrados en el ministerio de visitación de enfermos.
Articular las metas espirituales del ministerio hospitalario.
Listar las metas sociales del ministerio de hospital.
Resumir lo que el Evangelio tiene que ofrecer a los enfermos.
Determinar su función dentro del ministerio de hospital.
INTRODUCCIÓN
Médicos, enfermeras, consejeros, atienden a enfermos, hacen operaciones, están en salas de recuperación; Pueden dirigir un centro de salud completo, administradores de atención de la salud, planifican, dirigen y coordinan servicios médicos y de salud.
¡Ésta es un hospital!
La Sociedad dice, “Cúrelos, atiéndanlos que pueden ser contagiosos”.
Los Políticos dicen, “Nosotros necesitamos construir más hospitales”.
El ministerio de hospital junto al de la Capellania Carcelaria, son los principales ministerios en este módulo. Todas las demás clases se derivan de una combinación de reglas y principios a seguir para tener y desarrollar un exitoso ministerio como Capellanes Ministeriales.
… Pero Jesús dice, “Porque… estuve enfermo, y me visitasteis.”.
Capellanía Hospitalaria
• Es un servicio diseñado para ministrar a las personas enfermas y a los familiares de las mismas, como al personal de la institución. Se caracteriza por ser un ministerio de consolación, de presencia y apoyo. La transición de la salud a la enfermedad provoca en la mayoría de las personas, experiencias indeseadas, estresantes y traumáticas.
• De igual modo, se experimentan diversas emociones y alteraciones en la vida cotidiana, sea familiar, estudiantil o laboral, que producen sensación de desamparo en las personas y no pueden ser atendidas por el equipo médico. De allí, la necesidad de tener entre los miembros del equipo de trabajo, personal cualificado para dar atención al área espiritual con un enfoque integral e integrador de la persona, lo cual es justo, la función de la capellanía de hospital.
La Capellanía de Hospitales abarca toda una amplia gama de áreas, de trabajos, y servicios, que debemos considerar. El hospital ofrece una excelente oportunidad, a personas que quieren desarrollar el ministerio de Capellania en este ambiente difícil, controlado, y donde se requieren ciertos principios y reglas, que hay que seguir al pie de la letra. Por naturaleza las personas en este ambiente son personas que están pasando por una crisis de salud extrema. Por su condición, están susceptibles a que sean ministradas, por consiguiente haciéndolo correctamente es el propósito de esta clase.
Todo aquel que quiera servir a Dios debe estar seguro de tener el llamado y la capacitación de Dios para hacerlo. Como en todas las áreas del ministerio cristiano, no todos somos llamados a la misma labor. En este caso, a la Capellanía de Hospitales, aunque todos somos llamados a visitar a los enfermos. Especialmente los pastores.
El pastor o ministro que dice que está demasiado ocupado para visitar a los enfermos, está más ocupado de lo que Dios quiere que esté. Posiblemente en cosas que Dios no quiere que esté. Usted puede estar haciendo sietes cosas, y Dios solo estar en una de ellas.
EL MANDATO PARA EL MINISTERIO DE HOSPITAL
El mandato para el ministerio de hospital está claro en la Palabra de Dios, ambos por la escritura y ejemplo.
ESCRITURA:
El mayor mandato bíblico para el ministerio de hospital se da en Mateo 25:31-40. Jesús dijo:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria; y todas las naciones serán reunidas delante de él. El separará los unos de los otros, como cuando el pastor separa las ovejas de los cabritos; y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: – ‘Venid, benditos de mi Padre! Heredad el reino que ha sido preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estuve desnudo, y me vestisteis; ENFERMO, Y ME VISITASTEIS; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí’. Entonces los justos le responderán diciendo: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y fuimos a ti?’ Y respondiendo el Rey les dirá: ‘De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis’” (Mateo 25:31-40).
EJEMPLO:
El Señor Jesucristo es el nuestro mejor ejemplo de capellanía que podemos presentar. Quien viéndonos perdidos, vino y nos visitó trayendo, salud, esperanza y salvación a todos los hombres. Mateo 8.5-7; Marcos 1.29-31; 2.17:
Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos y los sanó. Mateo 4:23-24.
Jesús declaró:
“El Espíritu del Señor Jehová está sobre mí, porque me ha ungido Jehová. Me ha enviado para anunciar buenas nuevas a los pobres, para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel” (Isaías 61:1).
Incluso mientras muriendo en la cruz de Calvario, Jesús tomó tiempo para alcanzar en amor e interés a un prisionero. Como resultado, eso causó al delincuente experimentar el amor de Dios, Su gracia, y Su perdón.
Durante el tiempo de su ministerio en la tierra, las Escrituras nos dicen que Jesús:
“…Saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos. Mateo 14:14
Desgraciadamente, a pesar del orden bíblico claro y el ejemplo de Cristo para ministrar a los enfermos, muchos creyentes prefieren pasar del otro lado de la calle, como hizo los líderes religiosos en la parábola del Buen Samaritano (vea a Lucas 10:29-37).
¿POR QUÉ EL MINISTERIO DE HOSPITAL?
¿Por qué los creyentes deben estar involucrados en el ministerio de hospital? Porque…
1. El ministerio de hospital tiene un mandato bíblico directo El llamado general lo encontramos en Mateo 25.34-46 Estuve enfermo y me visitasteis… en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hiciste.
2. Nosotros debemos seguir el ejemplo que Cristo ha establecido para ministrar a los enfermos.
3. Los hospitales ofrecen amplias oportunidades de trabajos y servicios, que debemos considerar. Atienden al criterio de cualquier campo misionero: personas perdidas y una necesidad por capellanes capacitados.
4. Esta clase da pie y fundamento a la labor de La Capellanía en Hospitales. Y sienta el principio de identificación con Cristo. De manera que cuando visitamos a un enfermo, es como si visitásemos a Jesús mismo.
5. Atender a personas enfermas, Capellania Hospitalaria, demanda sensibilidad a la realidad del sufrimiento humano. Lo que requiere generosidad y aptitud de servicio. Estar dispuestos a acompañar y servir a los demás en su batalla con la cruda realidad de la enfermedad y del dolor.
6. El sufrimiento, y el tiempo de crisis de las personas enfermas, justifican sobradamente la presencia de la Capellania Hospitalaria en estas instituciones.
7. El capellán hospitalario debe ser capaz, entonces, de empatizar con el dolor ajeno. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Romanos 12.15
8. Debemos también presentar el evangelio de la gracia de Cristo, en amor; desde la consideración mutua con aquellos a quienes servimos.
LAS METAS DE MINISTERIO DE HOSPITAL
Las metas espirituales del ministerio de hospital pueden incluir uno, algunos, o todas las siguientes:
Compartir el amor incondicional de Dios.
Presentar el Evangelio de Jesucristo de tal manera que los enfermos lo abrazarán y recibirán a Cristo como Salvador.
Doctrinar los nuevos creyentes en la Palabra, y enseñarles cómo estudiar la
Biblia.
Enseñarles y demostrar el poder de la oración.
Llevar a los enfermos a experimentar el poder transformador de Dios que los librará de la culpa, vergüenza, emociones negativas y de aficiones.
Ministrar a las familias de los enfermos. Cuando alguien está enfermos, toda la familia lo siente.
Las metas sociales del ministerio hospitalario son:
Ayudar al enfermo a funcionar más positivamente dentro del ambiente de hospital.
Proporcionar un vínculo entre la familia y el enfermo, y los proveedores de asistencia medica en las instituciones hospitalarias.
Preparar los pacientes para su integración a la familia, trabajo, en las áreas físicas, mentales, y espirituales).
Ayudar las familias de los pacientes de manera práctica. Como lidiar con la crisis.
Proporcionar ayuda pos-paciente de manera práctica.
LO QUE EL EVANGELIO TIENE QUE OFRECER
El Evangelio de Jesucristo tiene muchas cosas para ofrecer a los enfermos y pacientes en los hospitales.
Lidiamos con su condición espiritual, El perdón de los pecados.
La oportunidad de decir “perdoname”.
Liberación de la culpa y vergüenza. Muchos desean hablar con familiares y “confesarse”
Aceptación – a muchos la enfermedad, o la condición los han marginado.
La estadía en el hospital los ha hecho reflexionar, ahora tienen nuevos valores y perspectivas.
La estadía los reta a afrontar situaciones difíciles y emociones negativas.
Ofrecer Elementos esenciales para verdaderas y honestas relaciones.
Presentar la abundante vida a través de Jesucristo.
Muchos salen de los hospitales con un nuevo propósito para vivir.
Para algunos, la crisis de la enfermedad puede llegar a convertirse en una bendición para sus vidas.
FUNCIONES DEL CAPELLÁN EN EL HOSPITAL
Como Jesús fue enviado por el Padre a dar buenas nuevas a los pobres, sanar a los quebrantados, liberar a los cautivos, etc. Los Capellanes Hospitalarios somos también llamados a atender a los enfermos: Mateo 25.34-46.
¿CUÁL ES SU PAPEL?
Ser el capellán del todo el hospital, no solo de enfermos.
Estar siempre espiritualmente preparado en oración y manejar con fluidez la Palabra para afrontar las situaciones difíciles en los hospitales.
Usar la sabiduría de Dios para que sea aceptado y ganarse con su testimonio la confianza del personal para este lo incluya en su plan de trabajo.
Hacerse disponible sobre todo en casos de emergencia.
Cumplir con su horario y días de capellanía donde es esperado por el personal y los pacientes.
No interferir en el trabajo de los demás.
Identificar los casos críticos, preparar espiritualmente a los familiares y de ser necesario ir a la funeraria si los familiares lo solicitan.
Ser el consejero espiritual de todos los pacientes que así lo quieran.
Respetar las creencias religiosas de todos los pacientes y personal, ya que la capellanía es interdenominacional.
Celebrar servicios religiosos para pacientes, familiares y personal en horarios y días cuidadosamente seleccionados para no afectar el funcionamiento del hospital.
Ser el consejero espiritual del personal y participar en actividades especiales para ellos: Navidad, Día de Acción de Gracias, nombramientos. Semana Santa etc…
Orientar a los pacientes y a los familiares sobre el funcionamiento del hospital, normas, documentos, facilidades, servicios, etc…
Servir de enlace de comunicación positiva entre el equipo de trabajo; médico, enfermera, trabajadora social, aseguradoras, etc….
Tener material cristiano: Biblia, tratados, libros selectos, estudios, para los pacientes y personal.
Planificar con el paciente y familiares un plan de alta, para que asista una iglesia, círculo de oración, visitas al hogar, localizar células de iglesias en su comunidad, etc…
Participar de conferencias y asambleas sobre el hospital, aprender y estar al día sobre todos los servicios al paciente.
Una estadía en un hospital cambia a las personas. La enfermedad y el dolor provocan que el ser humano se sienta vulnerable y proclive a reconocer sus pecados, sus distanciamientos con la familia y amigos, etc. Y que anhele el perdón. Ahí es donde la figura del capellán hospitalario cobra importancia para acompañar al necesitado y conducirlo, primero a la reconciliación con su Creador, y posteriormente, a su reconciliación con sus semejantes. 1 Juan 1.5-10.
El capellán Hospitalario debe intentar, con la ayuda del Espíritu Santo, aprovechar la situación para que el sufrimiento del paciente, como trance impuesto, se transforme en una ocasión para la madurez y el perfeccionamiento humano y espiritual del enfermo. Pero siempre desde el interés real por la persona. No como un chantaje a cambio de que se acerque a la fe. Sino con respeto mutuo.
La enfermedad permite que familiares y amigos que estaban alejados durante mucho tiempo, se reconcilien. Es un hecho que el dolor humaniza a las personas. En estos casos, como capellanes, debemos facilitar la reconciliación mediante la oración y el testimonio.
Hay muchas maneras de estar involucrado:
Proveyendo el apoyo de oración a los ministerios de hospitales.
Visitando a los enfermos.
Ayudando las familias de los pacientes.
Ayudando los pacientes en la transición de volver a sus familias después de dado de alta.
Proveyendo Biblias y literatura cristiana a los pacientes.
Proporcionando apoyo financiero a un ministerio de hospital.
Sirviendo como un capellán hospitalario.
¡Empiece a orar ahora para que Dios le revele la manera específica en que usted estará involucrado!
LA IMPORTANCIA DE LA VISITA PERSONAL
Visitar al paciente es la labor más importante que usted va a realizar como capellán hospitalario. Eso define por completo este ministerio. A continuación se ofrecen unas directrices para conducir la visita de una manera profesional y ética.
DIRECTRICES DE LA VISITA
El programa de capellanía debe estar sostenido por la compasión y amor de Cristo; solo así será un ministerio bíblico y no un trabajo. Su fin es llevar a las personas a conocer a Jesús como Señor y Salvador, y al Espíritu Santo como guía y consolador en medio de su necesidad. El capellán debe…
Seleccionar el horario de visitas para así conocer a los familiares y no interrumpir las labores de enfermería: medicamentos, baños, alimentos.
Preguntar al personal de enfermería cuales son los pacientes que tienen restricciones de visitas y respetarlas.
Pedir permiso al paciente y al familiar para poder entrar a la habitación, sobre todo si son mujeres.
No extender la mano para saludar, porque el paciente no le podrá responder por los sueros.
No estar solo con un paciente, vaya a acompañado por 1 o 2 personas.
Si el paciente no puede hablar, solo haga una oración.
Si el paciente quiere hablar, déjelo que se desahogue, hable poco y escuche más, en otra visita podrá expresarse más.
Cuando ore o lea la Palabra hágalo en voz baja para no molestar a los que están a su alrededor, a menos que los demás quieran oración.
No interrogue al paciente sobre su enfermedad o haga comentarios de como se ve, a menos que el paciente así lo pida.
No le lleve comida, antojitos, medicamentos, o dulces a los pacientes porque puede que alterar su tratamiento.
No se siente en la cama, si se tiene que acercarse, arrodillase al lado de la cama, no se sienta en ninguna cama vacía ya que estas están preparadas para otros pacientes.
Haga una visita breve y pregunte si quiere que vuelva.
Nunca visite con prisa, ya que el paciente se dará cuenta.
No haga promesas que no pueda cumplir, ya que afecta anímicamente al paciente.
No participe de los comentarios negativos de los médicos, enfermeras, hospital o servicios; sea pacificador.
No intervenga en las recomendaciones de los médicos en cuanto al tratamiento.
Si el paciente pide algo de tomar o comer, primero pregunte a una enfermera.
No haga proselitismo.
No hable de temas controversiales: política, religiones, etc…
Si llega el médico para hablar cosas confidenciales con el paciente, salga de la habitación.
Si no encuentra el paciente, puede dejarle una notita con un mensaje de esperanza.
No interrogue a los médicos y enfermeras sobre los pacientes.
No haga comparaciones de pacientes, ya que las mismas enfermedades tienen diferentes comportamientos.
FINAL DE LA PRIMERA PARTE DE LA CLASE.
Recuerde, esto no es solamente material de lectura, es material de estudio!!!
Lea y estudie nuevamente la clase, para recordar!!
Que Dios te bendiga!
Capellanía Hospitalaria.
Profesor:
Dr. Eduardo Bustamante.
drbustamante@cuccichaplains.org
Estimado estudiante, ¡Bienvenido al Módulo III de la Escuela de Capellanía Unión Cristiana! En esta clase estaremos estudiando CAPELLANÍA HOSPITALARIA PARTE II, El propósito de esta clase es familiarizarlo con el proceso de establecer su ministerio de Capellanía en los Hospitales. El Capellán Ministerial reconocerá que el proceso requiere una preparación, y un proceso sistemático de pasos a seguir para obtener el éxito en este importante ministerio. CAPELLANÍA HOSPITALARIA se compone de tres lecciones, esta es la SEGUNDA PARTE. Por favor estudiantes no avancen en este material a la ligera! el deseo de la Comisión es que usted esté debidamente capacitado y preparado, para representar a Cristo, y la institución.
Cualquier pregunta que tengas, puedes escribirme a mi correo electrónico: drbustamante@cuccichaplains.org
EL CARÁCTER DEL CAPELLÁN:
VERSÍCULO LLAVE:
“…A. Refleja el carácter y propósito de Cristo. Filipenses 2:5-8 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz..”
(Mateo 25:34)
OBJETIVOS:
Al concluir esta lección usted será capaz de:
Proveer las referencias bíblicas sobre el carácter del Capellan en el ministerio de Hospitales.
Explicar por qué el buen carácter debe estar involucrados en el ministerio de visitación de enfermos.
Articular las metas en la visitación del ministerio hospitalario.
Listar las metas a corto y largo plazo del ministerio de hospital.
Resumir lo que el ministerio de Capellania tiene que ofrecer a los enfermos.
Determinar la función de asociados al ministerio de hospital.
SOBRE EL CARACTER
A. Vive en el fruto del Espíritu Santo. Gálatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
B. Tiene una vida espiritual fructífera. Juan 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 1
Juan 2:6 El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo. Tito 2:14 Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimimos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
C. Tiene su casa en orden. 1 Timoteo 3:4-5 Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios?) D- Es manso y humilde sujetándose a las autoridades. Romanos 13:1-2
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
E. Es controlado, y guiado por el Espíritu Santo. Romanos 8:14 Porque todos los que son guiados
por el Espíritu de Dios, estos son los hijos de Dios.
F. Tiene una vida de santidad. Colosenses 3:12-14 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros sí alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí, y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a si mismo por mí.
G. Tiene una vida de oración y estudio de la palabra. 1 Pedro 4:11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén
H. Señales de madurez espiritual. Hebreos 5:13-14 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
Capellanía Hospitalaria
• Es un servicio diseñado para ministrar a las personas enfermas y a los familiares de las mismas, como al personal de la institución. Se caracteriza por ser un ministerio de consolación, de presencia y apoyo. La transición de la salud a la enfermedad provoca en la mayoría de las personas, experiencias indeseadas, estresantes y traumáticas.
• De igual modo, se experimentan diversas emociones y alteraciones en la vida cotidiana, sea familiar, estudiantil o laboral, que producen sensación de desamparo en las personas y no pueden ser atendidas por el equipo médico. De allí, la necesidad de tener entre los miembros del equipo de trabajo, personal cualificado para dar atención al área espiritual con un enfoque integral e integrador de la persona, lo cual es justo, la función de la capellanía de hospital.
La Capellanía de Hospitales abarca toda una amplia gama de áreas, de trabajos, y servicios, que debemos considerar. El hospital ofrece una excelente oportunidad, a personas que quieren desarrollar el ministerio de Capellania en este ambiente difícil, controlado, y donde se requieren ciertos principios y reglas, que hay que seguir al pie de la letra. Por naturaleza las personas en este ambiente son personas que están pasando por una crisis de salud extrema. Por su condición, están susceptibles a que sean ministradas, por consiguiente haciéndolo correctamente es el propósito de esta clase.
Todo aquel que quiera servir a Dios debe estar seguro de tener el llamado y la capacitación de Dios para hacerlo. Como en todas las áreas del ministerio cristiano, no todos somos llamados a la misma labor. En este caso, a la Capellanía de Hospitales, aunque todos somos llamados a visitar a los enfermos. Especialmente los pastores.
El pastor o ministro que dice que está demasiado ocupado para visitar a los enfermos, está más ocupado de lo que Dios quiere que esté. Posiblemente en cosas que Dios no quiere que esté. Usted puede estar haciendo sietes cosas, y Dios solo estar en una de ellas.
CONOCIENDO LA INSTITUCIÓN HOSPITALARIA:
Es importante para un capellán conocer la organización administrativa, médica y de enfermería del hospital ya que estas serán las fuentes informativas para identificar y llegar a los pacientes y familiares. La mayoría de los hospitales tienen tres grandes áreas de trabajo:
PRIMERA FUNCIÓN – CLÍNICO-ASISTENCIAL:
Diagnóstico y terapéutico.
Preventiva.
Rehabilitación.
SEGUNDA FUNCIÓN – FUNCIÓN DOCENTE:
Entrenamiento de médicos residentes e internos.
Entrenamiento de personal de enfermería.
Facultad Médica encargada del entrenamiento.
TERCERA FUNCIÓN – FUNCIÓN DE INVESTIGACIÓN:
Departamento de Epidemiología.
Departamento de Trabajo Social y Estadísticas.
CONOCIENDO LOS DERECHOS DEL PACIENTE: CARTA DE DERECHOS EL PACIENTE TIENE DERECHO A:
Un cuidado de salud completo y adecuado en la institución donde se encuentre hospitalizado.
Estar informado por su médico, acerca de su diagnóstico, tratamiento y pronóstico, en un lenguaje que pueda entender.
Conocer el nombre de su médico, y lugar donde lo puede encontrar.
Rehusar un tratamiento, y conocer las consecuencias de esta decisión.
Privacidad y confidencialidad de su caso, estudios y tratamientos.
Otorgará el permiso para que su caso sea discutido por personas ajenas a su cuidado inmediato.
El expediente clínico será confidencial entre médico y paciente.
En caso de traslado, conocerá todas las razones de esta decisión y tendrá información del lugar que lo recibirá y el tratamiento nuevo que recibirá.
Conocer a todo el personal de salud y administrativo que están interviniendo en su caso.
Conocer toda la facturación y explicación de la misma.
Conocer todos los beneficios y reglamentos del hospital.
Tendrá citas y medicamentos de seguimiento el tiempo que sea necesario.
INTEGRACIÓN AL SISTEMA HOSPITALARIO:
La participación del capellán en la recuperación de los pacientes es vital. En los últimos años se han realizado cientos de estudios en Estados Unidos y en Europa que revelan la aportación positiva en el desenlace de las enfermedades y sus consecuencias; y establecen la estrecha relación entre el funcionamiento biológico, mental, y espiritual del paciente. Hoy día los hospitales utilizan el modelo biopsicoespiritual para el tratamiento, recuperación y seguimiento de los pacientes.
1. Las personas que se mantienen activas en sus iglesias disminuyen las enfermedades cardiacas
en un 35%.
2. Las personas que permanecen en sus iglesias tienen menos problemas con la presión arterial.
3. La visita de los capellanes para consejería, oración y lectura de la Palabra es determinante en pacientes operados.
4. Algunos pacientes tienden a tener un sistema de inmunológico más fuerte cuando son
visitados por capellanes.
5. El tiempo de hospitalización es menor en pacientes que reciben visitas de capellanes; por lo que los seguros médicos ahorrarían millones si enfatizarán en el aspecto espiritual de los pacientes.
6. Los pacientes con apoyo espiritual desarrollan una mejor actitud ante su enfermedad y sus
tratamientos.
7. La asistencia espiritual disminuye la depresión post operatoria.
8. Los pacientes con problemas ortopédicos requieren menos medicamentos para el dolor que aquellos que rehúsan la ayuda del capellán.
9. Los pacientes tienen una incidencia menor de trastornos mentales: depresión, ansiedad y
adicciones; y si las tienen se recuperan más pronto.
10. En el 70% de los ancianos disminuye la mortalidad en cirugías cardíacas, estrés y depresión;
además aumenta la satisfacción de vida y bienestar.
11. En los familiares hay una disminución de la ansiedad y depresión ante la muerte y enfermedad terminal.
12. El apoyo del capellán provee un estado de relajación disminuyendo el estrés y evitando que se activen vías neurocardiológicas, preservando el funcionamiento cardíaco, disminuyendo así la morbilidad y mortalidad.
MINISTRANDO AL PACIENTE EN ETAPA TERMINAL:
DEFINICIÓN:
El paciente o enfermo terminal es un término médico que indica que una enfermedad no puede ser curada o tratada de manera adecuada, y se espera como resultado la muerte del paciente, dentro de un período corto de tiempo. Este término es más comúnmente utilizado para enfermedades degenerativas tales como cáncer, o enfermedades pulmonares o cardiacas avanzadas. Esta expresión se popularizó en el siglo XX, para indicar una enfermedad que eventualmente terminará con la vida de una persona.
Paciente terminal es la persona que se encuentra en la etapa final de algunas enfermedades crónicas, especialmente de las cancerígenas. Esta fase se inicia en el momento en que es preciso abandonar los tratamientos de finalidad curativa, ya que no le aportan beneficios a su estado de salud, para sustituirlos por otros cuyo objetivo es controlar y paliar los síntomas, tanto físicos como psíquicos que origina la enfermedad.
A veces, se usa sólo la palabra “terminal”. Es sinónimo de enfermo o paciente desahuciado. Pero no debe confundirse con “enfermo o paciente agónico”, que se refiere a la fase de agonía de un paciente (la previa al fallecimiento).
A menudo, un paciente se considera que sufre una enfermedad terminal cuando su esperanza de vida se estima en seis meses o menos, bajo el supuesto de que la enfermedad sigue su curso normal. La norma de los seis meses es arbitraria, y las mejores estimaciones disponibles de la longevidad pueden ser incorrectas. Por consiguiente, aunque un enfermo diagnosticado correctamente puede ser considerado terminal, esto no es una garantía de que el paciente va a morir dentro de los seis meses. Del mismo modo, un paciente con una enfermedad que progresa lentamente, como el SIDA, no se puede considerar una enfermedad terminal ya que las mejores estimaciones de longevidad son mayores de seis meses. Sin embargo, esto no asegura que el paciente no muera de forma temprana.
MINISTRANDO AL PACIENTE EN ETAPA TERMINAL:
6. Ministrando al paciente en etapa terminal
a. Escuche al paciente y ayúdele a realizar las gestiones que el considera muy importantes antes de
morir.
b. Preséntele claramente el plan de salvación para que tome una decisión.
c. Independiente de la respuesta asegúrele que usted lo apoyará hasta el final.
d. El paciente le puede pedir que participe en las decisiones con sus familiares para sentirse fortalecido:
1. ¿Cómo criar los hijos?
2. Arreglos funerarios,
3. Repartición de bienes
4. Venta de propiedades
5. Testamento
6. Personas y agencias para notificar la muerte (abogados, seguros, etc.)
e. Prepárese en oración para llevar al paciente a una sanidad del pasado y presente. f. Ayude a localizar algún familiar militar o lejano.
g. Háblele sobre la vida eterna y la resurrección de los muertos que están en Cristo Jesús. 1
Tesalonicenses 4:16-17 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitaran primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
h. Identifique las diferentes etapas emocionales del paciente:
1. ETAPA DE NEGACIÓN INICIAL:
Actitud rebelde hacia el personal de salud y familiares, no acepta su enfermedad ni los tratamientos. Muchas de ellos buscan múltiples segundas opiniones para alejarse de la realidad de su enfermedad. Muchos pacientes continúan en una negación parcial durante toda su enfermedad. La conducta de negación funciona como un sedante, un mecanismo de defensa provisional tratando de adaptarse a una nueva situación de salud.
2. ETAPA DE IRA E ENOJO :
Cuando termina la negación comienza a expresar sus primeras emociones: rabia, resentimiento, ira, rebeldía; la famosa pregunta: ¿Por qué Yo? Tiene coraje con Dios, los familiares y con los médicos porque su condición no mejora; sino que progresa de una etapa a otra. La ira se proyecta con todos los que están a su alrededor.
3. Etapa de depresión y frustración:
Vive la incapacidad de cambiar su situación y está consiente que está perdiendo su salud, además que anticipa futuras perdidas.
4 ETAPA DE ACEPTACIÓN:
Finalmente se rinde y acepta su condición. Muchos logran entrar en un pacto de paz con Dios, con el mismo y sus familiares. Acepta y sigue todas las recomendaciones.
i. Prepárese para dar la noticia del fallecimiento a los familiares o esté presente cuando el médico
les de la noticia- Deje que se desahoguen Juan 11:35 Jesús lloró. Mateo 5:4 Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación.
MINISTRANDO A LOS FAMILIARES:
Los familiares pasan por las mismas etapas emocionales que los pacientes, pero con mayor intensidad ya que estos aparentan no estar afectados para no perturbar al enfermo. Tienen que reprimir sus sentimientos. Sus grandes ansiedades y preocupaciones son:
a. Gastos hospitalarios
b. Gastos funerarios c. Soledad
d. Sentimientos de culpa
e. Trámites de herencia f. Cuidado de los hijos
g. Quién cuidará de ellos cuando enfermen
h. Finanzas Es por lo tanto necesario que el capellán le brinde el sostén espiritual en privado, para que puedan desahogarse y ministrarles sanidad libremente, y así puedan estar fortalecidos para
cuidar de sus familiares enfermos. Es conveniente dar el cuidado y apoyo por semanas o meses después del funeral o hasta que las personas comiencen a reconstruir sus vidas sin la persona fallecida. Las necesidades de los familiares son cambiantes, comienzan con la enfermedad y continúan después de la muerte del paciente. Muchos familiares requieren tratamiento médico por síntomas producidos debido a sentimientos de culpa después de la muerte de sus seres queridos.
APOYANDO EL PERSONAL DE ENFERMERÍA:
El personal de enfermería está bajo una constante presión psicológica por parte de los médicos, administración, pacientes y familiares. Es por lo tanto función del capellán aliviar estas tensiones. Además sufren de varias perdidas emocionales y físicas.
a. Perdida personal—cuando los pacientes fallecen o se van de alta después de haberlos cuidado por mucho tiempo.
b. Perdida profesional—sensación de fracaso cuando los pacientes no mejoran o mueren.
c. Perdida social – dependen de la aportación que los pacientes ya no pueden ofrecer al perder su salud.
d. Perdida familiar—sentido de culpa por las horas de trabajo que impiden que puedan estar con sus hijos, especialmente si tienen tumos nocturnos.
ESTUDIOS BÍBLICOS: LA ANSIEDAD, LA DEPRESIÓN Y EL DOLOR:
Son las dos condiciones emocionales más comunes tanto de los pacientes como de los familiares.
A LA ANSIEDAD:
El ser humano tiene necesidad de:
1. Amor
2. Seguridad
3. Aceptación
4. Identidad
5. Reconocimiento
6. Salud Cuando percibimos que una de estas áreas está siendo amenazadas entramos en un estado de ansiedad “Normal” ante el peligro o frente a una perdida, sobretodo la perdida de la
salud. La ansiedad nociva o patológica produce un miedo constante, una preocupación
exagerada, inseguridad, se pierde la identidad, impidiendo que el paciente se controle y tenga dominio propio; además de provocar ansiedad a los que lo rodean.
CAUSAS DE LA ANSIEDAD:
a. Miedo
b. Dolor
c. Preocupación d. Incertidumbre e. Inseguridad
f. Diagnóstico
g. Tratamiento h. Resultados
i. Hospital
j. Familiares
k. Pagos al hospital
1. Finanzas
m. Pensar en la muerte
N. Futuro
SÍNTOMAS:
La ansiedad en los pacientes es doblemente problemática ya que exacerban o confunden el verdadero diagnóstico, debido a los múltiples síntomas que esta presenta.
1. Síntomas Respiratorios:
Falta de aire Dificultad para hablar Respiración entrecortada Trastornos de la garganta
2. Síntomas Cardiovasculares: Taquicardia Palpitaciones Dolor de pecho.
3. Síntomas Digestivos:
Boca seca Dolor de estómago Dificultad para tragar Náuseas y vómitos Cólicos y diarreas
4. Síntomas Génito-urinarios;
Poliuria Problemas menstruales Impotencia o frigidez
5. Síntomas Sensoriales:
Sudoración Hormigueos Adormecimiento Picores Desmayo Dolores de cabeza Insomnio
6. Síntomas Neuro-musculares:
Nerviosismo Temblores de manos y pies Tics Voz temblorosa
TRATAMIENTO PARA LA ANSIEDAD:
Obviamente se le hará una evolución extensa al paciente ya que está hospitalizado y así poder distinguir la ansiedad de su enfermedad actual. De ser necesario se le suministrarán ansiolíticos con o sin antidepresivos, además de tratamiento para la relajación muscular y respiratoria después de la evaluación del siquiatra. La intervención del capellán en estos casos, ya sea que el paciente este medicado o no es crucial. Sabemos que la ansiedad es lo opuesto a la paz; solo el capellán con la ayuda del Espíritu Santo podrá guiar este paciente a una sanidad de esta condición. Filipenses
4:6-7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos-en Cristo Jesús. 1 Pedro 5:6-7. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo, echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque el tiene cuidado de vosotros. Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Es la función del capellán enseñar al paciente ansioso a descansar y confiar en el Señor para que pueda pasar su estadía en el hospital lo mejor posible y así poder cooperar con todos los procedimientos y tratamientos.
B. LA DEPRESIÓN::
Cuando el paciente no vence esta ansiedad constante cae en una depresión por el agotamiento
emocional. Es una enfermedad del alma que afecta la totalidad del ser humano. Es un estado de vacío y dolor del alma que aplasta al espíritu y enferma el cuerpo, es un trastorno del ánimo.
1. Es la enfermedad #1 en los Estados Unidos.
2. Se le conoce como el “catarro común” de las enfermedades mentales.
3. 1 de cada 5 personas sufrirán una crisis de depresión en su vida.
4. Es más común en mujeres 2:1.
5. Hay un gran aumento de depresión en los niños y adolescentes.
TIPOS DE DEPRESIÓN:
1. Reactiva o exógena: La causa real y concreta parece estar fuera del paciente.
2. Endógena: Se origina en la persona; la más común es la depresión bipolar.
a. Depresión Bipolar- fase maníaco-depresiva (Lithio)
b. Depresión Unipolar
1 Normal o existencial: Reacción emocional normal debido a diferentes situaciones de la vida diaria que por lo general recuperan espontáneamente.
2 Mayor o severa: Necesita un tratamiento intensivo y a veces hospitalización cuando hay intentos de suicidio.
CAUSAS DE DEPRESIÓN:
1. Biológicas:
Enfermedades Trastornos hormonales Cirugías Vejez Embarazo Menopausia Post-parto
Reacciones a medicamentos
2- Traumáticas: Accidentes Violaciones Maltrato Pasado
3. Sociales:
Discrimen Presión de grupo Matrimonio Finanzas Trabajo Religión
5. Trastornos de Conducta:
Homosexualismo Lesbianismo Alcoholismo Drogadicción Prostitución Viudez
6. Éxitos y fracasos: Profesionales Económicos Familiares Espirituales Síntomas:
De la misma manera que la ansiedad se pueden confundir con la enfermedad ya existente del
paciente; el estado de depresión empeora la condición del paciente.
1. Profunda tristeza y desánimo
2. Perdida de interés en recuperarse
3. Trastornos de alimentación
4. Insomnio
5. Dolores de cabeza
6. Desbalance
7. Trastornos de personalidad: irritable o indiferente
8. Fatiga y cansancio extremo
9. Trastornos de la memoria
10. Pesadillas, alucinaciones
11. Intentos de suicidio
12. Sentimientos de culpa y baja autoestima
13. Extremo pesimismo
14. Aislamiento e incomunicado
TRATAMIENTO:
1. Identificar al paciente deprimido
2. Con mucho amor y sabiduría, hablarle de la condición y que Dios lo puede levantar de la depresión.
3. Evaluación extensa: Pruebas hormonales y metabólicas
4. Medicamentos: IMAO(inhibidores de la mono-amino-oxidasa) Antidepresivos tricíclicos
(prozac, zolof, paxil) Productores de neurotrasmisores-serotonina.
5. Tratamiento definitivo:
LA VERDAD DE DIOS:
Es función del capellán tratar diariamente con este paciente hasta que todas las áreas de su vida sean
tratadas y restauradas. Juan 8:32 El Espíritu de verdad nos conducirá a toda verdad y esa verdad nos hará libres. Goloseases 1:27 Que es Cristo en nosotros, la esperanza de la gloria. La depresión desaparece cuando se restaura la esperanza en Dios, Tenemos que ayudar al paciente y los familiares a reconciliarse con Dios si no son creyentes porque sabemos que Él es el único que los puede restaurar -40totalmente; si son creyentes, ayudarlos a fortalecer su espíritu a confiar en Dios, reemplazando sus pensamientos con la verdad de la palabra Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Filipenses 4:8 Por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Salmo 34:18 Cercana esta Jehová a los quebrantados de corazón, y salva a los contritos de espíritu. Efesios 1:18-19 Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cual es la esperanza a que Él os ha llamado, y cuáles la riqueza de la gloria de su herencia en los santos. Al alinear los pensamientos con la Palabra de Dios podrán experimentar la libertad de Cristo y superar la depresión. Juan 8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
C. El Dolor
Él dolor es una de las quejas principales de los pacientes, la mayor causa de hospitalización, y la razón número uno para acudir al médico. Es una de las experiencias mas desagradables para los pacientes. Por tal razón el capellán -41debe de tener una palabra de aliento para estos pacientes que están en sufrimiento físico y emocional. El dolor es una experiencia sensorial y emocional perturbadora que se asocia a un daño. El dolor no es un diagnóstico sino un síntoma de que algo está mal. Las causas del dolor pueden ser innumerables y las reacciones ante el dolor también. Cada paciente reacciona diferente debido a su umbral de dolor; o al grado de estímulo necesario para causar la percepción del dolor como molestia y llegar a la corteza cerebral. Se sabe que las mujeres tienen umbrales de dolor más altos que los hombres. Este estímulo va a producir un daño celular liberando sustancias denominadas prostaglandinas, estas son detectadas por los nocireptores o receptores del dolor y desencadenan el dolor.
TIPOS DE DOLOR:
1. Dolor agudo: es de comienzo repentino, puede generar taquicardia, aumento de la presión
arterial y sudoración.
2. Dolor crónico: más de tres meses, se asocia a alteraciones del ánimo como angustia o depresión, insomnio, alteraciones familiares y sociales. Independientemente de las causas, los efectos inmediatos y a largo plazo son los mismos en los pacientes: miedo, ansiedad, impotencia, desorientación, falta de dominio propio, aislamiento, inseguridad, inmovilidad,
irritabilidad, problemas alimenticios, etc… -42Uno de los ministerios principales de Jesús era sanar las personas en dolor: Mateo 4:23-24 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y
paralíticos; y los sanó. Isaías 53:3 Despreciado, y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: Salmo 41:3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad. El capellán, como parte del personal del hospital, debe conocer ciertos detalles en particular de sus pacientes, para que al igual que el médico busque el tratamiento específico, él también proporcione el apoyo espiritual curativo. Sabemos que esta
vida es transitoria donde hay enfermedad y dolor, por lo que el principal objetivo del capellán es presentar a los pacientes la vida eterna, regalo de Cristo Jesús, esperanza viva. Apocalipsis
21:4 Enjugara Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
LECTURAS APROPIADA PARA LAS VISITACIONES EN EL MINISTERIO DE CAPELLANIA:
Lidiamos con su condición espiritual, El perdón de los pecados.
La oportunidad de decir “perdoname”.
Liberación de la culpa y vergüenza. Muchos desean hablar con familiares y “confesarse”
Aceptación – a muchos la enfermedad, o la condición los han marginado.
La estadía en el hospital los ha hecho reflexionar, ahora tienen nuevos valores y perspectivas.
La estadía los reta a afrontar situaciones difíciles y emociones negativas.
Ofrecer Elementos esenciales para verdaderas y honestas relaciones.
Presentar la abundante vida a través de Jesucristo.
Muchos salen de los hospitales con un nuevo propósito para vivir.
Para algunos, la crisis de la enfermedad puede llegar a convertirse en una bendición para sus vidas.
¿Por qué los creyentes deben estar involucrados en el ministerio de hospital? Porque…
1. El ministerio de hospital tiene un mandato bíblico directo El llamado general lo encontramos en Mateo 25.34-46 Estuve enfermo y me visitasteis… en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hiciste.
2. Nosotros debemos seguir el ejemplo que Cristo ha establecido para ministrar a los enfermos.
3. Los hospitales ofrecen amplias oportunidades de trabajos y servicios, que debemos considerar. Atienden al criterio de cualquier campo misionero: personas perdidas y una necesidad por capellanes capacitados.
4. Esta clase da pie y fundamento a la labor de La Capellanía en Hospitales. Y sienta el principio de identificación con Cristo. De manera que cuando visitamos a un enfermo, es como si visitásemos a Jesús mismo.
5. Atender a personas enfermas, Capellania Hospitalaria, demanda sensibilidad a la realidad del sufrimiento humano. Lo que requiere generosidad y aptitud de servicio. Estar dispuestos a acompañar y servir a los demás en su batalla con la cruda realidad de la enfermedad y del dolor.
6. El sufrimiento, y el tiempo de crisis de las personas enfermas, justifican sobradamente la presencia de la Capellania Hospitalaria en estas instituciones.
7. El capellán hospitalario debe ser capaz, entonces, de empatizar con el dolor ajeno. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Romanos 12.15
8. Debemos también presentar el evangelio de la gracia de Cristo, en amor; desde la consideración mutua con aquellos a quienes servimos.
LAS METAS DE MINISTERIO DE HOSPITAL
Las metas espirituales del ministerio de hospital pueden incluir uno, algunos, o todas las siguientes:
Compartir el amor incondicional de Dios.
Presentar el Evangelio de Jesucristo de tal manera que los enfermos lo abrazarán y recibirán a Cristo como Salvador.
Doctrinar los nuevos creyentes en la Palabra, y enseñarles cómo estudiar la
Biblia.
Enseñarles y demostrar el poder de la oración.
Llevar a los enfermos a experimentar el poder transformador de Dios que los librará de la culpa, vergüenza, emociones negativas y de aficiones.
Ministrar a las familias de los enfermos. Cuando alguien está enfermos, toda la familia lo siente.
Las metas sociales del ministerio hospitalario son:
Ayudar al enfermo a funcionar más positivamente dentro del ambiente de hospital.
Proporcionar un vínculo entre la familia y el enfermo, y los proveedores de asistencia medica en las instituciones hospitalarias.
Preparar los pacientes para su integración a la familia, trabajo, en las áreas físicas, mentales, y espirituales).
Ayudar las familias de los pacientes de manera práctica. Como lidiar con la crisis.
Proporcionar ayuda pos-paciente de manera práctica.
LO QUE EL EVANGELIO TIENE QUE OFRECER
El Evangelio de Jesucristo tiene muchas cosas para ofrecer a los enfermos y pacientes en los hospitales.
Lidiamos con su condición espiritual, El perdón de los pecados.
La oportunidad de decir “perdoname”.
Liberación de la culpa y vergüenza. Muchos desean hablar con familiares y “confesarse”
Aceptación – a muchos la enfermedad, o la condición los han marginado.
La estadía en el hospital los ha hecho reflexionar, ahora tienen nuevos valores y perspectivas.
La estadía los reta a afrontar situaciones difíciles y emociones negativas.
Ofrecer Elementos esenciales para verdaderas y honestas relaciones.
Presentar la abundante vida a través de Jesucristo.
Muchos salen de los hospitales con un nuevo propósito para vivir.
Para algunos, la crisis de la enfermedad puede llegar a convertirse en una bendición para sus vidas.
FUNCIONES DEL CAPELLÁN EN EL HOSPITAL
Como Jesús fue enviado por el Padre a dar buenas nuevas a los pobres, sanar a los quebrantados, liberar a los cautivos, etc. Los Capellanes Hospitalarios somos también llamados a atender a los enfermos: Mateo 25.34-46.
¿CUÁL ES SU PAPEL?
Ser el capellán del todo el hospital, no solo de enfermos.
Estar siempre espiritualmente preparado en oración y manejar con fluidez la Palabra para afrontar las situaciones difíciles en los hospitales.
Usar la sabiduría de Dios para que sea aceptado y ganarse con su testimonio la confianza del personal para este lo incluya en su plan de trabajo.
Hacerse disponible sobre todo en casos de emergencia.
Cumplir con su horario y días de capellanía donde es esperado por el personal y los pacientes.
No interferir en el trabajo de los demás.
Identificar los casos críticos, preparar espiritualmente a los familiares y de ser necesario ir a la funeraria si los familiares lo solicitan.
Ser el consejero espiritual de todos los pacientes que así lo quieran.
Respetar las creencias religiosas de todos los pacientes y personal, ya que la capellanía es interdenominacional.
Celebrar servicios religiosos para pacientes, familiares y personal en horarios y días cuidadosamente seleccionados para no afectar el funcionamiento del hospital.
Ser el consejero espiritual del personal y participar en actividades especiales para ellos: Navidad, Día de Acción de Gracias, nombramientos. Semana Santa etc…
Orientar a los pacientes y a los familiares sobre el funcionamiento del hospital, normas, documentos, facilidades, servicios, etc…
Servir de enlace de comunicación positiva entre el equipo de trabajo; médico, enfermera, trabajadora social, aseguradoras, etc….
Tener material cristiano: Biblia, tratados, libros selectos, estudios, para los pacientes y personal.
Planificar con el paciente y familiares un plan de alta, para que asista una iglesia, círculo de oración, visitas al hogar, localizar células de iglesias en su comunidad, etc…
Participar de conferencias y asambleas sobre el hospital, aprender y estar al día sobre todos los servicios al paciente.
Una estadía en un hospital cambia a las personas. La enfermedad y el dolor provocan que el ser humano se sienta vulnerable y proclive a reconocer sus pecados, sus distanciamientos con la familia y amigos, etc. Y que anhele el perdón. Ahí es donde la figura del capellán hospitalario cobra importancia para acompañar al necesitado y conducirlo, primero a la reconciliación con su Creador, y posteriormente, a su reconciliación con sus semejantes. 1 Juan 1.5-10.
El capellán Hospitalario debe intentar, con la ayuda del Espíritu Santo, aprovechar la situación para que el sufrimiento del paciente, como trance impuesto, se transforme en una ocasión para la madurez y el perfeccionamiento humano y espiritual del enfermo. Pero siempre desde el interés real por la persona. No como un chantaje a cambio de que se acerque a la fe. Sino con respeto mutuo.
La enfermedad permite que familiares y amigos que estaban alejados durante mucho tiempo, se reconcilien. Es un hecho que el dolor humaniza a las personas. En estos casos, como capellanes, debemos facilitar la reconciliación mediante la oración y el testimonio.
Hay muchas maneras de estar involucrado:
Proveyendo el apoyo de oración a los ministerios de hospitales.
Visitando a los enfermos.
Ayudando las familias de los pacientes.
Ayudando los pacientes en la transición de volver a sus familias después de dado de alta.
Proveyendo Biblias y literatura cristiana a los pacientes.
Proporcionando apoyo financiero a un ministerio de hospital.
Sirviendo como un capellán hospitalario.
¡Empiece a orar ahora para que Dios le revele la manera específica en que usted estará involucrado!
LA IMPORTANCIA DE LA VISITA PERSONAL
Visitar al paciente es la labor más importante que usted va a realizar como capellán hospitalario. Eso define por completo este ministerio. A continuación se ofrecen unas directrices para conducir la visita de una manera profesional y ética.
DIRECTRICES DE LA VISITA
El programa de capellanía debe estar sostenido por la compasión y amor de Cristo; solo así será un ministerio bíblico y no un trabajo. Su fin es llevar a las personas a conocer a Jesús como Señor y Salvador, y al Espíritu Santo como guía y consolador en medio de su necesidad. El capellán debe…
Seleccionar el horario de visitas para así conocer a los familiares y no interrumpir las labores de enfermería: medicamentos, baños, alimentos.
Preguntar al personal de enfermería cuales son los pacientes que tienen restricciones de visitas y respetarlas.
Pedir permiso al paciente y al familiar para poder entrar a la habitación, sobre todo si son mujeres.
No extender la mano para saludar, porque el paciente no le podrá responder por los sueros.
No estar solo con un paciente, vaya a acompañado por 1 o 2 personas.
Si el paciente no puede hablar, solo haga una oración.
Si el paciente quiere hablar, déjelo que se desahogue, hable poco y escuche más, en otra visita podrá expresarse más.
Cuando ore o lea la Palabra hágalo en voz baja para no molestar a los que están a su alrededor, a menos que los demás quieran oración.
No interrogue al paciente sobre su enfermedad o haga comentarios de como se ve, a menos que el paciente así lo pida.
No le lleve comida, antojitos, medicamentos, o dulces a los pacientes porque puede que alterar su tratamiento.
No se siente en la cama, si se tiene que acercarse, arrodillase al lado de la cama, no se sienta en ninguna cama vacía ya que estas están preparadas para otros pacientes.
Haga una visita breve y pregunte si quiere que vuelva.
Nunca visite con prisa, ya que el paciente se dará cuenta.
No haga promesas que no pueda cumplir, ya que afecta anímicamente al paciente.
No participe de los comentarios negativos de los médicos, enfermeras, hospital o servicios; sea pacificador.
No intervenga en las recomendaciones de los médicos en cuanto al tratamiento.
Si el paciente pide algo de tomar o comer, primero pregunte a una enfermera.
No haga proselitismo.
No hable de temas controversiales: política, religiones, etc…
Si llega el médico para hablar cosas confidenciales con el paciente, salga de la habitación.
Si no encuentra el paciente, puede dejarle una notita con un mensaje de esperanza.
No interrogue a los médicos y enfermeras sobre los pacientes.
No haga comparaciones de pacientes, ya que las mismas enfermedades tienen diferentes comportamientos.
LA DESPEDIDA
Hay capellanes que no saben cuándo dar por terminada una visita, y los enfermos o sus familiares se ven en la obligación de darla por terminada. Otros, por el contrario, las concluyen antes de tiempo.
La conclusión de la visita es un asunto importante. Pues, nos mantendrá la puerta abierta para una siguiente visita, o nos la cerrará. Algunas cuestiones a tener en cuenta son:
Haga un breve resumen de lo que hayan hablado. Señale los progresos, si los hubiere, y termine con una oración.
Pero si ora, sea breve y objetivo, teniendo en cuenta el lugar donde estás (el hospital no la Iglesia) las circunstancias del momento, la condición del paciente, su nivel espiritual, las personas presentes y las necesidades planteadas.
Bajo ningún concepto se requiere gritar, ni alzar la voz. Ni la fe, ni la autoridad, ni el poder de Dios tienen nada que ver con el volumen de voz.
La promesa de volver, o que le recordarás en oración, pueden ser adecuadas.
Déjale al paciente material devocional para lectura: Tratados, evangelios, Nuevos Testamentos, literatura apropiada, periódicos cristianos, etc.
FINAL DE LA SEGUNDA PARTE!
Recuerde, esto no es solamente material de lectura, es material de estudio!!!
Lea y estudie nuevamente la clase, para recordar!!
Que Dios te bendiga!
Capellanía Carcelaria.
Profesor:
Bishop Dr. Juan E. Fernández.
drfernandez@cuccichaplains.org
Estimado estudiante, ¡Bienvenido al Módulo III de la Escuela de Capellanía Unión Cristiana! En esta clase estaremos estudiando CAPELLANÍA CARCELARIA, El proposito de esta clase es familiarizarlo con el proceso de establecer su ministerio de Capellania en las carceles. El Capellan Ministerial reconocerá que el proceso requiere una preparacion, y un proceso sistematico de pasos a seguir para obtener el exito en este importante ministerio. CAPELLANÍA CARCELARIA se compone de dos lecciones, esta es la primera. Por favor estudiantes no avancen en este material a la ligera! el deseo de la Comision es que usted este debidamente capacitado y preparado, para representar a Cristo, y la institucion.
Cualquier pregunta que tengas, puedes escribirme a mi correo electrónico: drfernandez@cuccichaplains.org
El Mandato Bíblico Para El Ministerio
VERSÍCULO LLAVE:
“… estuve en la cárcel, y vinisteis a mí” (Mateo 25:36).
OBJETIVOS:
Al concluir esta lección usted será capaz de:
Proveer las referencias del mandato bíblico para el ministerio de prisión.
Explicar por qué los creyentes deben estar involucrados en el ministerio de prisión.
Articular las metas espirituales del ministerio de cárcel y prisión.
Listar las metas sociales del ministerio de cárcel y prisión.
Resumir lo que el Evangelio tiene que ofrecer a los un presos.
Determinar su papel en el ministerio de prisión.
INTRODUCCIÓN
Alambre farpado. Barras de metal y puertas de metal pesadas. Torres de guardia con funcionarios armados. Delincuentes.
¡Ésta es la prisión!
La Sociedad dice, “Ciérrelos y lancen fuera las llaves”.
Los Políticos dicen, “Nosotros necesitamos construir más prisiones”.
Las Estadísticas dicen, “80% de los presos retornan a la prisión después de liberados – nosotros estamos gastando nuestro tiempo para intentar
rehabilitarlos”.
… Pero Jesús dice, “estuve en la cárcel, y vinisteis a mí”.
El sistema de la prisión es el único “negocio” que tiene éxito por su fracaso. Las poblaciones de la prisión crecen más y más. A menudo, las personas salen de la prisión peor que cuando ellas entraron. Muchos cometen más crímenes, vuelven a la prisión, y son pegos por el ciclo de reincidencia, la “puerta rotativa” de crimen, prisión, y liberación.
La respuesta a esto no es más prisiones. No es cerrar las personas y “tirar la llave”.
Ni siquiera no es la pena capital, pues los estudios han mostrado incluso que esto no detiene el crimen eficazmente. ¡La respuesta es el Evangelio de Jesucristo en demostración de poder!
Prisioneros necesitan de regeneración no de rehabilitación – y Jesús ha comisionado a Sus seguidores para llegar más allá de los cercados de alambre y barras de metal para tocar las vidas de hombres y mujeres limitadas por los grilletes del pecado.
EL MANDATO PARA EL MINISTERIO DE PRISIÓN
El mandato para el ministerio de prisión está claro en la Palabra de Dios, ambos por la escritura y ejemplo.
ESCRITURA:
El mayor mandato bíblico para el ministerio de prisión se da en Mateo 25:31-40. Jesús dijo:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria; y todas las naciones serán reunidas delante de él. El separará los unos de los otros, como cuando el pastor separa las ovejas de los cabritos; y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: – ‘Venid, benditos de mi Padre! Heredad el reino que ha sido preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estuve desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí’. Entonces los justos le responderán diciendo: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y fuimos a ti?’ Y respondiendo el Rey les dirá: ‘De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis’” (Mateo 25:31-40).
EJEMPLO:
El propio Jesucristo es nuestro ejemplo para el ministerio de prisión. Uno de los objetivos principales del ministerio de Cristo era alcanzar prisioneros:
“A fin de que abras los ojos que están ciegos y saques de la cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en las tinieblas” (Isaías 42:7).
Jesús declaró:
“El Espíritu del Señor Jehová está sobre mí, porque me ha ungido Jehová. Me ha enviado para anunciar buenas nuevas a los pobres, para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel” (Isaías 61:1).
Incluso mientras muriendo en la cruz de Calvario, Jesús tomó tiempo para alcanzar en amor e interés a un prisionero. Como resultado, eso causó al delincuente experimentar el amor de Dios, Su gracia, y Su perdón.
Durante el tiempo entre Su muerte y resurrección, las Escrituras nos dicen que Jesús
“… también fue y predicó a los espíritus encarcelados” (1 Pedro 3:19).
Desgraciadamente, a pesar del orden bíblico claro y el ejemplo de Cristo para ministrar a prisioneros, muchos creyentes prefieren pasar del otro lado de la calle, como hizo los líderes religiosos en la parábola del Buen Samaritano (vea a Lucas 10:29-37).
¿POR QUÉ EL MINISTERIO DE PRISIÓN?
¿Por qué los creyentes deben estar involucrados en el ministerio de prisión? Porque…
1. El ministerio de prisión tiene un mandato bíblico directo (Mateo 25:31-40). A lo largo de la Biblia están los ejemplos, descripciones, y mandamientos sobre prisiones, prisioneros, esclavitud y cautividad. La Biblia menciona prisión, prisioneros, o encarcelamiento más de 130 veces. (Vea Apéndice Dos de este manual).
2. Nosotros debemos seguir el ejemplo que Cristo establecido por ministrar a prisioneros.
3. Las prisiones atienden al criterio de cualquier campo misionero: personas perdidas y una necesidad por obreros.
4. Dios no quiere que nadie se pierda – incluso los asesinos de serie, violadores, y molestadores (2 Pedro 3:9). Dios incluso ama el “peor de los pecadores” (1 Timoteo 1:15).
5. Capellanes no pueden ministrar a más que un porcentaje pequeño de presos en su cuidado. Ellos no pueden hacer todo el trabajo necesario por sí mismos, como también no hay bastante tiempo para hacer eso.
6. Muchas cárceles y prisiones no tienen ningún capellán profesional y muchos no tienen ningún servicio religioso en absoluto.
7. Para cada persona encarcelada, hay tres a cinco otras personas afectadas: los compañeros, niños, los padres, etc. Los presos y sus familias representan un segmento grande de la sociedad en cualquier cultura.
8. Las religiones y cultos falsos están alcanzando a los prisioneros. ¡Nosotros debemos llegar allí primero con el Evangelio de Jesucristo!
LAS METAS DE MINISTERIO DE PRISIÓN
Las metas espirituales del ministerio de cárcel y prisión pueden incluir uno, algunos, o todas las siguientes:
Compartir el amor incondicional de Dios.
Presentar el Evangelio de Jesucristo de tal manera que los presos lo abrazarán y recibirán a Cristo como Salvador.
Discipular los nuevos creyentes en la Palabra y les enseñar cómo estudiar la
Biblia.
Demostrar el poder de la oración y enseñarles a orar.
Llevar a los presos a experimentar el poder transformador de Dios que los librará de la culpa, vergüenza, emociones negativas y de aficiones.
Ministrar a las familias de los presos.
Las metas sociales del ministerio de cárcel y prisión son:
Ayudar al preso a funcionar más positivamente dentro del ambiente de la prisión.
Proporcionar un vínculo entre la comunidad y las personas confinadas en las instituciones correccionales.
Preparar los residentes para la re-entrada e la sociedad (físicamente, mentalmente, moralmente y espiritualmente).
Ayudar las familias de los presos de maneras prácticas.
Proporcionar ayuda pos-prisión de maneras prácticas.
LO QUE EL EVANGELIO TIENE QUE OFRECER
El Evangelio de Jesucristo tiene muchas cosas para ofrecer a los presos.
El perdón de los pecados.
La oportunidad de decir “yo lo siento”.
Liberación de la culpa y vergüenza.
Aceptación – todo lo que muchos de ellos han conocido alguna vez es el rechazo.
Nuevos valores y perspectivas.
Estrategias para retar las situaciones difíciles y las emociones negativas.
Elementos esenciales para verdaderas y honestas relaciones.
Abundante vida través de Jesucristo.
Un nuevo propósito para vivir.
Vida eterna.
¿CUÁL ES SU PAPEL?
De los millones de creyentes activos en el mundo, sólo un número pequeño está envuelto en el ministerio a prisioneros, a pesar del hecho que se encuentran cárceles y prisiones en casi cada comunidad. Todavía el mandato bíblico tanto por enseñanza cómo por ejemplo está claro.
Cada creyente debe estar involucrado en el ministerio de prisión. Esto necesariamente no significa que usted es llamado para realmente entrar en una prisión. Como en las misiones – no todos somos llamamos para ir a un campo extranjero para compartir el Evangelio. Pero – como en las misiones – cada creyente debe estar involucrado en el ministerio de prisión en alguna capacidad.
Hay muchas maneras de estar involucrado:
Proveyendo el apoyo de oración a los ministerios de prisión.
Visitando un preso.
Escribiendo a un prisionero.
Ayudando las familias de los presos.
Ayudando los presos en la transición de volver a la sociedad después de su liberación.
Conduciendo servicios de adoración, estudios de la Biblia, o reuniones de pequeños grupos dentro de prisiones.
Escribiendo, publicando y distribuyendo material de entrenamiento basado en la Biblia y específicamente diseñados para los presos.
Proveyendo Biblias y literatura cristiana a los presos.
Proporcionando apoyo financiero a un ministerio de prisión.
Sirviendo como un capellán de prisión.
¡Empiece a orar ahora para Dios revelar la manera específica en que usted estará involucrado!
Calificaciones Y Preparación
VERSÍCULO LLAVE:
“Nadie tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo para los creyentes en palabra, en conducta, en amor, en fe y en pureza” (1 Timoteo 4:12).
OBJETIVOS:
Al concluir este lección usted será capaz de:
Resumir las calificaciones espirituales para un obrero de ministerio de prisión.
Identificar cuatro áreas de preparación vital al ministerio de prisión eficaz.
INTRODUCCIÓN
Aquellos que ministran con los presos deben estar seguros de su relación con Cristo, deben establecer un ejemplo apropiado, y siempre deben estar listos a dar una respuesta para la esperanza dentro de ellos. Mientras una persona llamada a este ministerio debe demostrar todas las virtudes espirituales enseñadas en la Palabra, este capítulo da énfasis a calificaciones esenciales que los obreros de prisión deben poseer:
LAS CALIFICACIONES ESPIRITUALES
VALOR:
Entrar en una cárcel o prisión para ministrar – si en una base de uno-a-uno o en grupo
– está fuera de la “zona de conforto” para la mayoría de los creyentes. No es raro sentir un poco intranquilo las primeras veces que usted está en una casa penal – pero
recuerda, Dios cuidará de usted siempre que usted esté en Su servicio. En la mayoría
de los casos, la capilla de la prisión es un lugar seguro y los presos están abiertos y amistosos. ¡Si usted se siente aprehensivo, recuerda que Dios no nos da un espíritu de
miedo – por eso reconozca donde el miedo viene y lo conquiste en el nombre de Jesús!
COOPERACIÓN:
Hay muchas personas diferentes cooperando en una prisión. Como un voluntario – además de los presos – usted estará involucrado principalmente con los funcionarios correccionales (también llamados de guardias) y el capellán o supervisor. La mayoría de las personas que usted encontrará lo tratará probablemente con cortesía y respeto. Esté seguro de tratarlos cortésmente, hablando a ellos y apretando las manos con ellos donde apropiado, usando sus nombres cuando posible. Un buen obrero de la prisión
sabe cooperar con otros – la administración, otros voluntarios, y sobre todo con el capellán, si la cárcel o la prisión tiene uno.
Es importante para usted, como un voluntario, tener un poco de comprensión del trabajo de cárcel y de los capellanes de la prisión. Capellanes trabajan largas horas bajo condiciones difíciles. Cada día los capellanes deben tratar con muchas responsabilidades como las crisis personales de los presos, proporcionando los programas para satisfacer las necesidades espirituales de los presos, y luchando con las frustraciones y desilusiones que son una parte integral de la capellanía de la prisión.
Muchos capellanes de cárceles y prisiones de tiempo integral tienen más entrenamiento y preparación para su trabajo que muchos ministros. Antes de que ellos puedan ser aceptos en muchas prisiones ellos deben tener entrenamiento de seminario y deben ser endosados por sus denominaciones. A menudo les exigen que hayan servido en un ministerio pastoral antes de entrar en la capellanía. Capellanes también deben ser aceptables al supervisor de la prisión en que ellos deben trabajar.
Un capellán funciona como el administrador de un programa religioso para la institución entera. Él (o ella) provee las tradicionales predicaciones y funciones de la adoración, supervisa el programa de educación religiosa; gasta mucho tiempo en consejo personal; recluta, entrena y dirige a voluntarios; y realiza muchas actividades administrativas (cartas, reuniones, informes.)
Es importante para voluntarios mantener buenas relaciones con el capellán. Es una grave brecha de confianza usar su acceso a la prisión para minar la reputación del capellán o desacreditar sus programas. Si hay un problema, siempre hable primero con el capellán.
AUTENTICIDAD:
¡Sea real! Los presos son peritos en identificar los engaños. Una persona no debe visitar la prisión con un motivo impropio como buscar un esposo o exhibir sus habilidades. Los prisioneros son sumamente perceptivos. Ellos pueden rápidamente descubrir la persona que se unió al equipo por curiosidad. Los motivos egoístas y las actitudes tipo “yo soy más santo que usted” no tienen ningún lugar en este ministerio.
HUMILDAD:
Mantenga un espíritu humilde. Recuerde – usted está allí para servir. Siempre esté en sujeción a aquellos en autoridad (capellán, guardias, supervisor).
PERDÓN:
Críe un espíritu perdonador, reconociendo que si no fuera por la gracia de Dios, usted podría estar en una situación similar. Comprenda que el perdón de Dios se extiende hasta mismo a aquellos qué la sociedad llama de “psicópatas” y a los “más viles individuos”.
PERSEVERANCIA:
La sociedad, los amigos, y la familia han perdido el interés en muchos presos. Ellos no necesitan de alguien más para rechazarlos. Sea paciente. Dios ha prometido que usted
segará el fruto espiritual en la estación debida. Voluntarios que empiezan y entonces abandonan, desmoralizan al preso, decepcionan al capellán y el personal que trabaja en la prisión, y da una imagen mala a los esfuerzos de la iglesia.
FIDELIDAD:
Sea fiel, constante, y fidedigno en la actuación de sus deberes, sobre todo manteniendo las promesas y estar a tiempo para las citas o servicios. El capellán de la prisión depende de usted, como también los presos. Una visita puede ser simplemente otra cosa en una lista larga de cosas que usted tiene que hacer puede ser el momento culminante de la semana de un preso. No los decepcione. Sea fiel a este gran privilegio con que Dios lo ha confiado. El compromiso para ser consistente y fidedigno es una calidad de alta clasificación valorada por capellanes que trabajan con voluntarios.
EMPATÍA:
La empatía es la habilidad de sentir con las personas como si usted estuviera en su lugar. En el Antiguo Testamento, el Profeta Ezequiel se sentaba con los cautivos por el Río Quebar antes de que él compartiera el mensaje de Dios a ellos. Ellos estaban listos para escuchar, porque ellos sabían que él los entendería. Él se había sentado donde ellos se sentaban (Ezequiel 1:1).
SENTIDO DE MISIÓN:
¡Un sentido de misión es un deseo y determinación para dar a esta obra la prioridad (en los tiempos designados para ella), una creencia que esto es lo que usted estaría haciendo mejor (en ese momento) que todo más en el mundo!
CRECIMIENTO ESPIRITUAL:
Usted no sólo debe llevar a los presos al nuevo crecimiento espiritual, pero igualmente usted debe estar deseoso y ansioso a crecer. El crecimiento espiritual es un proceso para toda la vida. Si usted alguna vez se siente que usted ha “llegado” a conocimiento o virtud, usted simplemente está mostrando cuan inmaduro usted realmente es.
MADUREZ EMOCIONAL:
Es importante que usted pueda tratar de sus propias emociones: el enojo, la depresión, un día buen y el próximo no. La prisión es un lugar deprimente y los presos no necesitan más oscuridad y sentencia.
AMOR:
Estudie 1 Corintios 13. La mayor fuerza motivadora detrás de cualquier ministerio – y sobre todo el ministerio de prisión – es el amor. El amor por Dios. El amor incondicional por el preso. Amor pro la misión a cual Dios lo ha llamado.
PREPARACIÓN
Hay cuatro áreas vitales de preparación para aquellos que desean ser obreros eficaces de la prisión.
1. PREPÁRESE EN ORACIÓN:
Como en cada ministerio, la oración alimenta el ministerio de prisión eficaz. Aquí están algunos objetivos específicos para oración:
El capellán de la institución.
Los presos individuales.
Las familias de los presos.
El supervisor y el personal administrativo.
Los Funcionarios de la corrección.
Seguridad para los voluntarios entrando en la institución.
Personas en libertad condicional: Por sus necesidades espirituales y prácticas – trabajos, alojamiento.
Conocimiento de revelación para satisfacer las necesidades de los presos.
Reavivamiento espiritual.
Para Dios levantar líderes espirituales fuertes dentro del cuerpo de la iglesia de la prisión.
Oración solicitada por el preso: Muchas capillas de la prisión tienen una caja de pedidos de oración. Los presos escriben sus pedidos y los colocan en la
caja para el capellán y voluntarios orar específicamente por sus preocupaciones.
2. PREPÁRESE EN LA PALABRA:
El voluntario de la prisión debe tener un bueno conocimiento activo de la Biblia y del cristianismo básico.
La mayoría de los presos no está interesados en los puntos más finos de la teología, pero ellos necesitan una clara y descifrable presentación del evangelio. Si usted no estudia y entiende la Palabra, ¿cómo usted puede ayudar a alguien más a aprender a estudiar y entenderla? Para ser un obrero eficaz de la prisión, usted debe estar estudiando la Palabra de Dios continuamente.
3. PREPÁRESE PARA SU RESPONSABILIDAD ESPECÍFICA:
Prepárese para su responsabilidad específica en el ministerio. Si usted es escogido para cantar, tiene su selección de cánticos preparada. Si usted irá enseñar, gaste un tiempo adecuado preparando su lección. Si usted está usando vídeo o equipo de audio o un proyector, tenga estos artículos preparados de antemano.
4. PREPÁRESE PARA LA INSTITUCIÓN ESPECÍFICA:
Prepárese para la escena institucional específica en que usted entrará:
Conozca las reglas para las vestimentas y la conducta de la institución específica. Éstas varían de institución a institución.
Conozca la cadena de orden – a quién usted es responsable como un voluntario.
Conozca lo que le es permitido llevar con usted para dentro de la institución.
Consiga un entendimiento general de las maneras en que los ministerios cristianos aceptables pueden llevarse a cabo dentro de ese sistema.
Asista al entrenamiento y clases de orientación ofrecidas por la institución o capellán.
Empezando Un Ministerio De Prisión
VERSÍCULO LLAVE:
“Pero éste es un pueblo despojado y saqueado. Todos ellos han sido atrapados en hoyos y están escondidos en cárceles. Han sido objeto de despojo sin que haya quien los libre. Han sido objeto de saqueo sin que haya quien diga: ‘¡Restituidles’!” (Isaías 42:22).
OBJETIVOS:
Al concluir este lección usted será capaz de:
Resumir los pasos para empezar un ministerio de prisión.
Identificar varios tipos de ministerios que usted podría proporcionar en una institución.
Preparar y someter una propuesta para el ministerio de prisión.
Reclutar y entrenar voluntarios.
INTRODUCCIÓN
Usted está convencido. El mandato y el ejemplo bíblico están claros. Como un creyente, usted quiere estar involucrado en el ministerio de prisión. ¿Pero cómo usted empieza? ¿Cómo usted gana el acceso a la prisión? Este capítulo detalla los pasos para empezar un ministerio de cárcel o prisión. Usted aprenderá varios tipos de ministerios que usted podrá usar en una institución, cómo preparar y someter una propuesta para su programa, y maneras de reclutar y entrenar voluntarios.
EMPEZANDO UN MINISTERIO DE CÁRCEL Y PRISIÓN
Aquí están siete pasos para guiarlo a través del proceso de empezar un ministerio de cárcel y prisión.
PASO UNO: Ore
La oración alimenta todas las cosas. Ore sobre lo que Dios quiere para la institución específica y su papel individual en ella. Coloque un fundamento de oración antes de que usted empiece su ministerio.
PASO DOS: Consulte A Su Líder Espiritual
Si usted es un pastor, consulte a su consejo. Si usted es un miembro de la iglesia, hable con su pastor.
Esto es importante por varias razones:
Es la cortesía común.
Los líderes espirituales pueden guiar y pueden proporcionar un valiosa crecimiento a usted.
Su líder espiritual ya puede tener planes encaminados para tal ministerio.
En ese caso, sea parte de él, no lo mine.
Intente ganar el interés y apoyo de su pastor o líder espiritual. Este apoyo es vital para obtener voluntarios para los asesores del programa. La llave estará en mostrar a su pastor cómo este ministerio trabaja cooperativamente con otros programas, ministerios, y servicios de la iglesia. Compara cómo este programa de expansión bíblicamente asignado adelanta el Evangelio poniendo a los miembros de la iglesia para trabajar dentro y fuera de las instituciones.
PASO TRES: Haga Un Análisis
Aquí están algunas preguntas para contestar en su análisis:
¿Qué cárceles y prisiones están en su área inmediata?
¿Hay una asociación local ministerial? ¿Qué ellos están haciendo, si hacen algo? ¿Ellos están interesados en el ministerio de cárcel y prisión? (Si ellos ya tienen un programa y han ganado acceso a las instituciones locales, quizás usted puede ser parte de él.)
¿Quién está encargado de los voluntarios a la institución? Contáctelos y averigüe:
¿Cómo usted puede ser liberado para el ministerio dentro de la institución?
o ¿Hay formularios que usted necesita llenar?
o ¿Hay entrenamiento especial que usted debe tomar?
o ¿Qué identificación usted necesita para la liberación?
¿Qué necesidades existen en su institución?
o ¿Qué necesidades usted y/o su iglesia puede suplir? Intente no reproducir esfuerzos de otras organizaciones cristianas. Nosotros debemos complementar, no competir con otros.
o Familiarícese con todos los programas de rehabilitación ofrecidos en instituciones locales dónde usted desea servir, así como la análisis de la población (razas, religiones, edades, sexo, etc.) y, si posible, la filosofía de las administraciones respectivas. Gane tanto conocimiento cuanto usted pueda sobre la institución antes de pedir el permiso para proporcionar servicios y/o programas. Si usted conoce a los administradores, funcionarios, o los presos anteriores, hable con ellos sobre las necesidades y condiciones.
Las posibles actividades y servicios que usted puede proporcionar a una institución incluyen:
Dirigir los servicios regulares de la iglesia.
Sustituir el capellán cuando él enfermar o salir en vacación.
Proporcionar programas musicales o dramáticos especiales.
Dirigir estudios de la Biblia.
Clases de instrucción en una habilidad específica, negocio, o en ajuste personal.
Dirija un grupo cristiano para aquellos con aficiones.
Distribuir literatura y Biblias.
Organizar una noche cinematográfica cristiana.
Proporcionar los servicios individualizados además de su programa de grupo:
o Proporcionar cursos de correspondencia de la Biblia.
o Emparejar los presos con los visitantes cristianos.
o Emparejar los presos con Cristianos para escribir a ellos.
o Proporcionar información aplicable para las familias de los prisioneros.
o Encaminar a los presos a los programas de liberación pos-prisión.
Nota: Antes de escribir esta porción de la propuesta del ministerio, usted puede querer estudiar los Capítulos Cuatro a Nueve de este manual que tratan de varios ministerios de grupo e individuales en que usted puede desear involucrarse.
PASO CUATRO: Prepara una propuesta del programa
Una propuesta…
Definirá el propósito, objetivos, y los aspectos prácticos de su programa.
Se someterá a la aprobación de la institución dónde usted planea ministrar.
Se usará como una herramienta para la contratación voluntaria. (Usted debe saber qué tipo de ministerio usted estará dirigiendo para reclutar a los
voluntarios calificados.)
Su propuesta debe considerar cosas como…
Metas: ¿Qué es el propósito de su programa? ¿Qué usted quiere lograr? Vea Capítulo Uno de este manual para una lista de posibles metas. Esté seguro también de incluir sus propias metas específicas.
Beneficios: ¿Cómo su programa beneficiará a los presos? ¿Cómo beneficiará la institución?
Cosas Específicas: Defina el ministerio específico: ¿Será un ministerio de grupo? ¿A los presos individuales? ¿A sus Familias? ¿Un ministerio pos-prisión?
Director Titular: ¿Quién encabezará su programa? ¿Cuáles son sus calificaciones y experiencia?
Voluntarios: ¿Quién participará en su programa? ¿Qué entrenamiento ellos recibirán? (Nosotros proponemos que usted use este manual en su programa de entrenamiento. Ése es el propósito para lo cual él fue creado.)
Local: ¿Qué tipo de local usted necesitará en la institución? ¿Usted necesitará usar la capilla de la prisión? ¿Un cuarto? ¿Una sala? ¿Una área de visitantes?
Días, horarios: Días y horarios que le gustaría reunir.
Equipo: ¿Usted necesitará de artículos como un proyector de diapositivas, un proyector de vídeo, instrumentos musicales, himnarios, y otros recursos musicales? ¿La institución proporciona estos artículos o usted necesitará proporcionarlos? ¿La institución le permitirá traerlos al local? ¿Si usted planea preparar folletos para los presos, usted tiene acceso a una máquina de copia?
Costos Financieros: Aunque voluntarios operan muchos ministerios de prisión de grupo, pueden haber costes financieros involucrados – por ejemplo, si usted planea distribuir Biblias, libros, panfletos, u otros folletos aprobados por la institución.
La institución en que usted planea ministrar puede tener un formulario especial o una estructura a seguir para preparar su propuesta. Inquiera sobre esto. Lo que siegue en las páginas siguiente es un formulario de propuesta de muestra usado por una prisión en los Estados Unidos y un formato de carta de muestra usada para una propuesta a una institución.
Si usted ya ha dirigido con éxito en otra parte los ministerios de prisión, ate cartas de recomendación y/o lisonja de oficiales de la prisión o cáceles de las instituciones dónde usted ministró. Si usted ha recibido pedidos de los presos en la institución para el programa específico que usted está ofreciendo, ate éstos a su propuesta.
PASO CINCO: Someta Su Propuesta
Someta una copia de su propuesta a su pastor o el líder espiritual para revisión, entonces someta una copia al capellán o las autoridades apropiadas en la prisión y espere por su contestación. Ellos pueden llamarlo a encontrarse con ellos para discutir la propuesta. En ese caso, llegue a tiempo, apropiadamente vestido, y propiamente preparado para su cita. Si usted no recibe una contestación a la propuesta después de una longitud razonable de tiempo, tome la iniciativa y llame y establezca una cita con la persona a quien fue sometido el pedido.
Si su pedido para proporcionar los servicios es negado, intente de nuevo en un par de meses. Esto puede muy bien ser una prueba de su compromiso, dedicación, y paciencia. Administradores y capellanes también dejan la prisión, se retiran, o son transferidos y otra persona puede ser más favorable a su programa.
Nota: en la actualidad, en los Estados Unidos es la responsabilidad del administrador de la institución para asegurar que todos los residentes puedan ejercer su derecho constitucional para practicar sus creencias religiosas. La única manera que este derecho puede negarse es que sustancial justificación sea mostrada para limitarla o regularla, (por ejemplo, una brecha de seguridad).
PASO SEIS: Obtenga Y Entrene a Voluntarios
Después de la aprobación del ministerio de prisión por su pastor y por la institución en que usted planea ministrar, usted necesita obtener los voluntarios para dirigir el programa. Un voluntario es importante…
Al preso, como un vínculo con el mundo externo, un amigo, y un modelo de vida cristiana madura.
A las familias de presos, proporcionando información y ayuda práctica y espiritual mientras ellos luchan con su dilema.
Al capellán, por ayudar y apoyar sus programas.
A la administración de la prisión, como un recurso adicional por ayudar con la rehabilitación y transición en la sociedad. El voluntario puede proporcionar los servicios que la institución no puede proporcionar debido a personal y presupuesto limitado.
A otros voluntarios, como una fuente de estímulo, entrenamiento, y ejemplo para seguir.
A la iglesia local, como un canal de comunicación, aumentando el reconocimiento de la necesidad para los ministerios de cárcel y prisión.
A él, cuando este ministerio provee una oportunidad de usar sus dones espirituales y poner su fe en acción.
Hay muchas maneras de obtener a voluntarios:
Ponga un aviso en los boletines de la iglesia.
Haga el anuncio en los servicios de la iglesia.
Reclute en las reuniones de grupo pequeños.
Prepare carteles y póngalos en localizaciones estratégicas en la iglesia.
Planee un “Día del Ministerio de Prisión” en la iglesia o iglesias que usted planea involucrar en el ministerio. Tenga un portavoz que está activamente
envuelto en el ministerio de prisión e incluya los testimonios de los antiguos
presos. Esboce el programa que usted planeó y anuncie una reunión (fecha, horario, lugar) para aquellos que están interesado en participar. (Además de
reclutar a voluntarios, el “Día del Ministerio de Prisión” preparará las iglesias para recibir a los antiguos presos en su compañerismo.)
Al escoger los voluntarios, considere lo siguiente:
¿La persona ha tenido una experiencia anterior de ministerio de prisión?
¿La persona tiene algún talento musical?
¿Qué idiomas ellos hablan?
¿Ellos tienen la habilidad de liderar un grupo pequeño?
¿Ellos han tenido cualquier experiencia en dar testimonio personal?
¿Cuál es su don espiritual? Enseñar y aconsejar son dos dones importantes para el ministerio de cárcel y prisión.
¿Ellos son ex-ofensores? En ese caso, verifique para estar seguro que les permitirán acceso a la prisión.
Determine donde su interés está y donde ellos serán más eficaces:
o ¿Escribiendo a un preso?
o ¿Visitando a un preso?
o ¿Ministerio a las familias de los presos?
o ¿Ministerio de grupo dentro de la prisión?
o ¿Ministerio pos-prisión?
Usted puede querer que cada voluntario potencial complete un formulario en la primera reunión.
Después de que usted escoge a sus voluntarios, entrénelos:
Repase su propuesta de ministerio de prisión con ellos.
Discuta donde ellos se encajarían mejor en el programa.
Use este manual para entrenarlos para el ministerio de cárcel y prisión.
Organice para alguna orientación de la institución como un primer paso en desarrollar el interés y eliminar aquellos que se sienten incómodos con este tipo de ministerio.
Esté seguro de obtener el permiso apropiado para voluntarios entrar en la
institución.
Haga sus voluntarios completar cualquier entrenamiento requerido por el capellán o la administración de la institución en que usted estará
ministrando.
PASO SIETE: Planee Su Primera Reunión O Impacto
Asegúrese que los voluntarios están bien entrenados.
Esté seguro que todos están vestidos adecuadamente para la visita o impacto del grupo en la prisión.
Verifique que todos tienen la identificación apropiada por entrar en la situación.
Hay muchas maneras diferentes en que un servicio o reunión de grupo dentro de la prisión puede ocurrir. Si usted descubre un formato eficaz, no
dude de hacerle el espinazo de su ministerio – pero no tenga miedo de vez en cuando experimentar nuevas ideas y acercamientos. Vea Capítulo Seis de este manual para directrices para dirigir los servicios de la prisión.
Esté claramente cierto de que todos entienden su papel individual en el
ministerio: Qué hacer, cuando, y cualesquiera constreñimientos de tiempo involucrado.
Correspondiendo Con Los Presos
VERSÍCULO LLAVE:
“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del
Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13).
OBJETIVOS:
Al concluir esta lección usted será capaz de:
Explicar cómo empezar a corresponder con un preso.
Resumir las directrices para corresponder con los presos.
INTRODUCCIÓN
Esta clase es para aquellos que desean estar involucrados en un ministerio de correspondencia con prisioneros de cárcel o prisión. Explica cómo empezar y presenta las directrices para segura y eficaz correspondencia.
CÓMO EMPEZAR
Primero, contacte las autoridades apropiadas de la institución. Algunas prisiones proporcionan programas que emparejan los presos a “amigos de fuera” por medio de correspondencias y/o visitas. Si la prisión no tiene tal programa, contacte al capellán para obtener los nombres de aquellos que necesitan de alguien para escribir a ellos.
Segundo, obtenga una lista de las reglas para corresponderse con los presos en esa prisión específica. La mayoría de las instituciones ha establecido reglas escritas que gobiernan la correspondencia. Éstas difieren de institución a institución. Algunas prisiones le permiten enviar sellos y papeles de cartas a través del correo, libros de tapa suave, panfletos del Evangelio, Biblias, y cintas de audio. Otras instituciones tienen procedimientos específicos para enviar tales materiales, es decir, el libro debe venir directamente del publicador. Algunas instituciones no les permiten a los presos recibir cualquiera de estos artículos a través del correo.
DIRECTRICES PARA CORRESPONDERSE
Aquí están algunas directrices para ayudarle a corresponderse eficazmente con los presos.
1. Tenga presente mientras usted escribe a los prisioneros que muchos de ellos siéntense inseguros, resentidos, y solos.
Ellos son inseguros, porque ellos han sido abusados o tomaran ventaja de ellos en las relaciones del pasado. Ellos pueden cuestionar su motivo por escribir: “¿Qué usted está sacando de hacer esto?” Trabaje para desarrollar confianza mutua, respeto y comprensión.
Los presos están a menudo resentidos porque ellos han sido rechazados por la sociedad, y después de todo, usted es también un miembro de esa sociedad. Dé a los presos amor incondicional y comprensión.
Los presos se sienten solos porque ellos fueron alienados de la sociedad,
amigos, y familia. Muchos han sido rechazados por el último. Una semana sin una carta puede parecer como un año, por eso escriba frecuentemente y responda rápidamente.
2. Ore que Dios le ayudará a entender cada carta propiamente y dirigirlo con la contestación apropiada. (Vea Capítulo Doce sobre “Relacionándose Con Los Presos”).
3. Si posible, es mejor no usar su domicilio al contestar las cartas. Use un apartado postal o la dirección de su iglesia o ministerio. Esto evitará posibles problemas futuros, es decir, otro preso coger su dirección domiciliar, un preso en libertad condicional surgir inesperadamente en su puerta, etc.
4. Hágalo claro desde el principio que usted no está buscando ningún envolvimiento romántico. Es fácil para los prisioneros infatuarse, aun cuando ellos nunca lo han visto, debido a su soledad. Ellos pueden interpretar mal su bondad. Si esto pasa, usted debe ser honesto en su próxima carta o visita. Sea cortés y discreto, pero firme en esta área. Algunos ministerios restringen a amigos de correspondencia al mismo sexo.
5. No comparta nada sobre sí mismo que pueda usarse después contra usted, por cualquier razón.
6. No envíe dinero a menos que usted realmente ha orado sobre eso y está seguro que Dios está dirigiéndolo para hacer eso. Si usted envía dinero, nunca préstelo. Envíelo como un regalo sincero, pero deje claro que él no debe esperar regalos futuros. Esté seguro de aclarar el regalo a través de los canales apropiados de la institución.
7. No prometa ayuda como empleo, alojamiento, etc., después de la liberación de la prisión a menos que el ministerio con que usted está envuelto está preparado para hacerlo adecuadamente. Su propósito en escribir es ser una fuente de estímulo en el Señor. Cualquier demanda para servicios sociales debe ser canalizada a los ministerios apropiados de liberación pos-prisión.
8. También no sea “predicador” o moralizador en sus cartas. Establezca la relación primero, entonces es fácil de compartir con respecto a las materias espirituales. Comparta las casualidades de su cada vida diaria, lo que hace al preso sentirse parte de su vida y familia.
9. Incluya en su carta algo que le permiten enviar como…
Fotografías.
Recortes de noticias interesantes.
Crucigramas o enigmas de búsqueda de palabra.
Postales.
Un regalo de sellos o papeles, de vez en cuando, si la institución permite.
Cartones con imitaciones cómicas.
Marcadores de libros.
Lecciones o estudios bíblicos por correspondencia.
Visitando A Los Presos
VERSÍCULO LLAVE:
“Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron” (Hebreos 13:3).
OBJETIVOS:
Explicar por qué la visita personal es un ministerio importante.
Explicar cómo involucrarse en una visita de individualmente a los presos.
Resumir las directrices para visitar individualmente a un preso.
INTRODUCCIÓN
Muchos presos en las cárceles y prisiones no tienen a nadie para visitarlos:
Su familia puede vivir a una gran distancia de dónde ellos están encarcelados o no tienen transporte / finanzas necesarias para visitar.
Su familia puede haber rechazado o ellos pueden no tener familiares.
Los antiguos amigos pueden haber rechazado.
Las visitas personales con un preso es una de las áreas más recompensadoras del ministerio de cárcel y prisión. Este capítulo explica su importancia, los detalles de cómo involucrarse, y ofrece directrices para visitar individualmente a los presos.
LA IMPORTANCIA DE LA VISITA PERSONAL
Visitar a un preso en una base individualmente es un ministerio importante por las siguientes razones:
Cada alma es valiosa a Dios: “El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; más bien, es paciente para con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). Jesús ministró a las multitudes, pero Él siempre tenía tiempo para el individuo (para un ejemplo, vea a Juan 4).
Muchos presos no asistirán a los servicios religiosos. Quizás ellos se han “apagado” de la iglesia a causa de experiencias negativas. Ellos también pueden tener miedo que otros presos interpreten la ida a los servicios en prisión como debilidad y los hacer vulnerables.
Muchos presos nunca han experimentado la verdadera, piadosa, incondicional amistad. Ellos han conocido sólo relaciones abusivas o impuras.
Como la mayoría de nosotros, es más fácil abrirse en un contacto personal en lugar de en una escena de grupo. Usted puede discutir muchos problemas en una visita personal que usted no puede discutir en una escena de grupo. El preso puede compartir necesidades personales con usted, usted puede orar y pueden estudiar la Palabra juntos, y forjar un vínculo espiritual íntimo.
Usted se vuelve un puente de regreso a la sociedad para el preso. Ellos tendrán un amigo esperando cuando ellos son liberados de la prisión.
Uno no puede tener demasiados amigos. Usted no sólo será una bendición, pero usted será bendecido por una verdadera amistad con un preso.
CÓMO INVOLUCRARSE
Aquí están algunas pautas sobre cómo involucrarse en una visita personal a los presos.
Inquiera sobre el programa de la visita en la cárcel o prisión dónde usted quiere ser voluntario. Muchos tienen un programa organizado para los presos se correspondieren con voluntarios que quieren visitar de individualmente.
Si la institución no tiene un programa organizado para emparejar presos y visitantes, pida al capellán que lo empareje con un preso. Si no hay ningún capellán, consulte al administrador encargado de las visitas y pídale eso.
Las personas que están ministrando dentro de la prisión en una base de grupo en los programas religiosos también son una fuente buena. Ellos conocen a menudo a los presos que no tienen nadie para visitarlos o quién se beneficiaría de la atención personal.
Si posible, intercambie unas cartas con el preso antes de su primera visita.
Ustedes ya se sentirán como amigos cuando se encontraren por la primera vez.
DIRECTRICES DE LA VISITA
Aquí están algunas pautas de la visita:
Pase por los canales apropiados para ser aprobado por la institución como un visitante. Usted puede tener que llenar ciertos formularios, ser pre- aprobado antes de su primera visita, llevar un tipo específico de identificación, etc.
Aprenda y cumpla todas las reglas para la visita personal en la institución dónde usted debe visitar. Las Reglas pueden incluir problemas como días y horarios para la visita, vestimenta apropiada, seguridad, y códigos de vestimenta. Ellos normalmente gobiernan lo que puede y no puede llevar a la institución con usted. Muchas cárceles y prisiones tienen sus reglas por
escrito. Pídales. (Para directrices generales, vea Capítulo Once de este manual en “Códigos de Vestimentas Y Seguridad.)
Es mejor hacer una visita individualmente con una persona de su mismo sexo. Esto evita las trampas de las relaciones románticas impropias.
Normalmente, es mejor no dar dinero a un preso o su familia. Si usted cree que hay una necesidad legítima y usted realmente cree que Dios está dirigiéndolo a hacer esto, es mejor encauzar su ayuda anónimamente a través del capellán u otro contacto en la institución.
Si usted forja una amistad real con un preso será más fácil de discutir las materias espirituales y compartir el Evangelio con ellos.
No predique o reprenda. Pídale a Dios que le muestre cómo compartir Su amor y la Palabra de Dios de una manera que será aceptable. Después de que un preso se vuelve un creyente, continúe el discipulado con él en la Palabra de Dios.
Si la institución permite, dé una Biblia y literatura de discipulado a su amigo.
Dependiendo de las reglas institucionales, pueden permitirle enviar estos artículos a través del correo, puede levarlos con usted, o puede darse los
materiales al capellán para entregar.
A menos que usted ha tenido entrenamiento o usted sea dotado por Dios en el área de consejo personal, no asuma este papel en la relación. Usted está allí como un amigo. No sienta usted debe dar una respuesta a cada problema levantado.
Como en cualquier amistad, sea un buen confidente. Guarde información personal compartida por su amigo especial confidencial.
La prisión es un lugar muy impersonal, deshumanizador y un preso no tiene mucha oportunidad de recibir atención individual. Haga a su amigo sentirse especial. Haga de sus visitas un tiempo positivo, enriquecedor y divertido.
Siempre recuerde que usted está allí como representante del Señor Jesucristo, pero no gaste todo su tiempo en las materias espirituales. Críe una relación equilibrada así como usted hace con sus propios amigos personales. ¡Discuta los eventos actuales, rían juntos, diviértasela con su amigo!
Final de la clase.
Recuerde, esto no es solamente material de lectura, es material de estudio!!!
Lea y estudie nuevamente la clase, para recordar!!
Que Dios te bendiga!
Profesor:
Dr. Eduardo Bustamante.
drbustamante@ccuccapellanes.org
Estimado estudiante, ¡Bienvenido al Módulo III de la Escuela de Capellanía Unión Cristiana! En esta clase estaremos estudiando EL SUICIDIO, El propósito de esta clase es familiarizarlo con el tema del suicidio, y establecer su ministerio de Capellanía en los Hospitales y Carceles. El Capellán Ministerial reconocerá que el proceso requiere una preparación, y un proceso sistemático de pasos a seguir para obtener el éxito en este importante ministerio. EL SUICIDIO Es un tema fuerte, pero esta clase te dará las directrices que necesitas para que usted como capellán, pueda aconsejar de una forma profesional y bíblica a personas en esta situación. Por favor estudiantes no avancen en este material a la ligera! el deseo de la Comisión es que usted este debidamente capacitado y preparado, para representar a Cristo, y la institución.
Cualquier pregunta que tengas, puedes escribirme a mi correo electrónico: drbustamante@ccuccapellanes.org
CRITERIOS EQUIVOCADOS Y CIENTÍFICOS CON RESPECTO AL SUICIDIO:
CAP- 407-MODULO III – EL SUICIDIO.
“De acuerdo con la Biblia, el que una persona cometa suicidio no es lo que determina su entrada al cielo. Una persona no salva que comete suicidio, no ha hecho más que “facilitar” su trayecto al lago de fuego. Sin embargo, la persona que cometió suicidio, a la larga irá al infierno por rechazar la salvación a través de Cristo, y no por cometer suicidio. La Biblia menciona cuatro personas específicas que cometieron suicidio: Saúl (1ª Samuel 31:4), Ahitofel (2ª Samuel 17:23), Zimri (1ª Reyes 16:18), y Judas (Mateo 27:5). Ellos fueron hombres crueles, malvados, pecadores. La Biblia ve al suicidio igual que al asesinato – eso es lo que es – asesinarse uno mismo. Dios es quien va a decidir cuándo y cómo va a morir una persona. De acuerdo con la Biblia, tomar ese poder en sus propias manos, es blasfemia contra Dios.” -Hechos 26: 15-17.
Existen diversos criterios erróneos con respecto al suicidio, a los suicidas y a los que intentan el suicidio, que deben ser eliminados si se desea colaborar con este tipo de personas. Pasemos a enunciar algunos de ellos, no todos, desde luego, y expondremos los criterios científicos que desde este momento deben primar en usted para poder hacer efectiva su ayuda en la prevención del suicidio.
Criterio equivocado: El que se quiere matar no lo dice.
Criterio científico: De cada diez personas que se suicidan, nueve de ellas dijeron claramente sus propósitos y la otra dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida.
Criterio equivocado: El que lo dice no lo hace.
Criterio científico: Todo el que se suicida expresó con palabras, amenazas, gestos o cambios de conducta lo que ocurriría.
Criterio equivocado: Los que intentan el suicidio no desean morir, sólo hacen el alarde.
Criterio científico: Criterio científico: De cada diez personas que se suicidan, nueve de ellas dijeron claramente sus propósitos y la otra dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida.
Criterio equivocado: Si de verdad se hubiera querido matar, se hubiera tirado delante de un tren.
Criterio científico: Todo suicida se encuentra en una situación ambivalente, es decir, con deseos de morir y de vivir. El método elegido para el suicidio no refleja los deseos de morir de quien lo utiliza, y proporcionarle otro de mayor letalidad es calificado como un delito de auxilio al suicida (ayudarlo a que lo cometa), penalizado en el Código Penal vigente.
Criterio equivocado: El sujeto que se repone de una crisis suicida no corre peligro alguno de recaer.
Criterio científico: Casi la mitad de los que atravesaron por una crisis suicida y consumaron el suicidio, lo llevaron a cabo durante los tres primeros meses tras la crisis emocional, cuando todos creían que el peligro había pasado. Ocurre que cuando la persona mejora, sus movimientos se hacen más ágiles, está en condiciones de llevar a vías de hecho las ideas suicidas que aún persisten, y antes, debido a la inactividad e incapacidad de movimientos ágiles, no podía hacerlo.
Criterio equivocado: Todo el que intenta el suicidio estará en ese peligro toda la vida.
Criterio científico: Entre el 1 % y el 2 % de los que intentan el suicidio lo logran durante el primer año después del intento y entre el 10 al 20 % lo consumarán en el resto de sus vidas. Una crisis suicida dura horas, días, raramente semanas, por lo que es importante reconocerla para su prevención.
Criterio equivocado: Todo el que se suicida está deprimido.
Criterio científico: Aunque toda persona deprimida tiene posibilidades de realizar un intento de suicidio o un suicidio, no todos los que lo hacen presentan este desajuste. Pueden padecer esquizofrenias, alcoholismo, trastornos del carácter, etc.
Criterio equivocado: Todo el que se suicida es un enfermo mental.
Criterio científico: Los enfermos mentales se suicidan con mayor frecuencia que la población en general, pero no necesariamente hay que padecer un trastorno mental para hacerlo. Pero no caben dudas de que todo suicida es una persona que sufre.
Criterio equivocado: El suicidio se hereda.
Criterio científico: No está demostrado que el suicidio se herede, aunque se puedan encontrar varios miembros de una misma familia que hayan terminado sus vidas por suicidio. En estos casos lo heredado es la predisposición a padecer determinada enfermedad mental en la cual el suicidio es un síntoma principal, como por ejemplo, los trastornos afectivos y las esquizofrenias.
Criterio equivocado: El suicidio no puede ser prevenido pues ocurre por impulso.
Criterio científico: Toda persona antes de cometer un suicidio evidencia una serie de síntomas que han sido definidos como síndrome presuicidal, consistente en constricción de los sentimientos y el intelecto, inhibición de la agresividad, la cual ya no es dirigida hacia otras personas reservándola para sí, y la existencia de fantasías suicidas, todo lo que puede ser detectado a su debido tiempo y evitar se lleven a cabo sus propósitos.
Criterio equivocado: Al hablar sobre el suicidio con una persona en este riesgo se le puede incitar a que lo realice.
Criterio científico: Está demostrado que hablar sobre el suicidio con una persona en tal riesgo en vez de incitar, provocar o introducir en su cabeza esa idea, reduce el peligro de cometerlo y puede ser la única posibilidad que ofrezca el sujeto para el análisis de sus propósitos autodestructivos.
Criterio equivocado: El acercarse a una persona en crisis suicida sin la debida preparación para ello, sólo mediante el sentido común, es perjudicial y se pierde el tiempo para su abordaje adecuado.
Criterio científico: Si el sentido común nos hace asumir una postura de paciente y atenta escucha, con reales deseos de ayudar al sujeto en crisis a encontrar otras soluciones que no sean el suicidio, se habrá iniciado la prevención.
Criterio equivocado: Sólo los psiquiatras pueden prevenir el suicidio.
Criterio científico: Es cierto que los psiquiatras son profesionales experimentados en la detección del riesgo de suicidio y su manejo, pero no son los únicos que pueden prevenirlo. Cualquiera interesado en auxiliar a este tipo de personas puede ser un valioso colaborador en su prevención.
Criterio equivocado: El tema del suicidio debe ser tratado con cautela por los problemas sociopolíticos que ocasiona.
Criterio científico: El tema del suicidio debe ser tratado de igual forma que otras causas de muerte, evitar las noticias sensacionalistas y aquellos manejos que provoquen la imitación de esa conducta. Por otra parte, el suicidio como causa de muerte, se observa en países de regímenes socioeconómicos diferentes, desde los muy desarrollados hasta los que apenas tienen recursos, pues responde a factores diversos, como son los biológicos, psicológicos, sociales, psiquiátricos, existenciales, etc.
CÓMO SE INTERROGA SOBRE SUS IDEAS SUICIDAS A QUIEN LAS TENGA:
La idea suicida abarca una serie de pensamientos que expresan los deseos de alguien de terminar con su vida; puede adquirir las siguientes formas de presentación:
A. IDEA SUICIDA SIN PLANEAMIENTO DE LA ACCIÓN: Es aquella idea en la cual el individuo expresa deseos de matarse aunque no sabe cómo hacerlo. Es frecuente que al preguntarle cómo ha pensado quitarse la vida, responda: “No sé”.
B. IDEA SUICIDA CON UN MÉTODO INESPECÍFICO O INDETERMINADO: Es aquella en la que el sujeto expresa deseos de matarse y maneja varios métodos sin decidirse aún por uno específico. Es común cuando se le pregunta de qué forma ha pensado quitarse la vida, responda lo siguiente: “De cualquier forma, ahorcándome, quemándome, tirándome delante del tren”.
C. IDEA SUICIDA CON UN MÉTODO ESPECÍFICO PERO NO PLANIFICADO: Es aquella idea en la que el individuo desea morir, ha elegido un método específico, pero aún no ha considerado cuándo hacerlo, en qué lugar y qué precauciones ha de tomar para llevar a cabo el suicidio.
D. PLAN SUICIDA: Es aquella idea que, además de expresar sus deseos de autoeliminación, contiene el método específico, el lugar determinado y las precauciones que ha de tomar para lograr no ser descubierto y alcanzar el propósito anhelado de morir. Es muy grave cuando se presenta.
Contrariamente a lo que se piensa, interrogar sobre la existencia de las ideas suicidas no incrementa el riesgo de desencadenar este tipo de acto y puede ser la única oportunidad, tal vez la última, de iniciar las acciones preventivas.
Varias son las maneras de abordar el tema de la ideación suicida cuando el sujeto no las manifiesta de forma voluntaria:
Primera variante. Se le puede decir lo siguiente a la persona que se supone en peligro: “Evidentemente usted no se siente bien, me he dado cuenta de eso, y desearía saber de qué forma ha pensado resolver su situación actual”. En esta variante se realiza una pregunta abierta para que el sujeto pueda expresar sus pensamientos y así poder descubrir sus propósitos suicidas.
Segunda variante. Se puede escoger un síntoma de los que más moleste al individuo y apoyándose en él, indagar sobre la presencia de ideas suicidas, como por ejemplo: “Usted me dice que apenas duerme y yo sé que cuando eso ocurre le vienen a uno a la cabeza muchos pensamientos. ¿Podría decirme en qué piensa usted cuando está insomne?”
Tercera variante. Se puede abordar al sujeto de la siguiente manera: “Durante todo este tiempo que se ha sentido tan mal, ¿ha tenido pensamientos malos?”. En esta modalidad la idea suicida se hace sinónimo de pensamientos malos, aunque también se le puede calificar de ideas desagradables, barrenillos, pensamientos raros, etc. Si la respuesta es afirmativa, se debe preguntar cuáles son esos malos pensamientos, pues pueden ser temores infundados, miedo a enfermedades, a que le den una mala noticia, etc.
Cuarta variante. Se inicia el interrogatorio interesándose el entrevistador por la conducta suicida en la familia del sujeto, para en otro momento preguntar sobre el mismo tema, pero en el propio individuo. Sería como sigue: “Deseo saber si en su familia alguien se ha suicidado o ha intentado el suicidio. (Esperar respuesta.) ¿Usted lo ha intentado alguna vez? ¿Ahora lo está pensando hacer?”
Quinta variante. Se le puede preguntar directamente si ha pensado matarse, lo que haría como se ejemplifica: “¿Ha pensado en matarse por todo lo que le ocurre?; ¿ha pensado suicidarse?; ¿ha pensado acabar con su vida?”.
Sexta variante. En ésta es fundamental que el entrevistador conozca algún caso de suicidio entre los familiares, amigos o vecinos del individuo en riesgo, para abordarlo con lo que sigue: “¿Estás pensando solucionar tu problema de la misma manera que lo hizo Fulano, quitándose la vida?”.
Una vez determinado si la persona tiene una idea suicida, es aconsejable continuar profundizando, con esta secuencia:
1. ¿Cómo ha pensado suicidarse?
2. ¿Cuándo ha pensado suicidarse?
3. ¿Dónde ha pensado suicidarse?
4. ¿Por qué ha pensado suicidarse?
5. ¿Para qué ha pensado suicidarse?
OTRAS MANIFESTACIONES NO VERBALES DEL SUJETO CON IDEAS SUICIDAS:
Cuando el individuo no “verbaliza” sus ideas suicidas, se puede llegar a sospecharlas mediante determinadas manifestaciones: algunos tienden a restar importancia a las ideas suicidas, minimizarlas, sobre todo con una sonrisa y expresiones como: “No te preocupes por mí”, “No va a pasar nada”. El cese de la angustia, una sensación de paz y tranquilidad internas, un período de calma después de una fase de agitación, son signos de grave peligro suicida, pues se ha resuelto el conflicto entre los deseos de vivir y los deseos de morir a favor de estos últimos (la calma antes de la tormenta).
Otras veces el sujeto se iguala, se identifica de manera velada o explícita con un conocido suicida con expresiones como: “Yo no pienso hacer lo mismo que hizo mi primo que se suicidó” (y usted no ha mencionado el tema durante la conversación). O también comparar su situación con la similar de una persona que se suicidó: “Fulano se mató cuando supo que tenía cáncer” (y a él se le está investigando para diagnosticarle un cáncer).
Apuntan hacia la presencia de una idea suicida las conductas asumidas cuando se le pregunta si ha pensado en quitarse la vida, entre las que se destacan el llanto sin pronunciar palabra alguna, bajar la cabeza y mirar el piso, hacer silencio repentino, motivado por la propia pregunta; fruncir el ceño, mostrarse intranquilo o angustiado, etc.
Hablan a favor de la existencia de un plan suicida, la tenencia escondida del futuro método para lograrlo (acumular tabletas, llevar consigo el tóxico, la soga), dirigirse hacia el lugar elegido para realizar el acto suicida y que usualmente no es visitado por el sujeto, ingerir bebidas alcohólicas en cantidades y con una frecuencia inusuales que llaman la atención de quienes lo conocen, mediante lo cual el individuo trata de lograr “el valor” necesario para llevar a cabo sus intenciones.
En no pocos casos las manifestaciones de angustia, miedo, intranquilidad, zozobra, son la expresión de una idea suicida que tiene la característica de ser recurrente, conminatoria, intrusiva en el campo de la conciencia del sujeto, sin que él se lo proponga y que es vivenciada como ajena, impuesta desde el exterior, aunque la reconoce como propia. Esta idea reviste grave peligro, pues personas impresionables y sugestionables, mediante un proceso de autohipnosis pueden llevar el suicidio a vías de hecho.
Por último, se debe prestar especial atención a aquellas personas que experimentan cambios ostensibles en su comportamiento habitual que limitan sustancialmente su adaptabilidad social (ingestión de alcohol o drogas, deserción laboral, divorcio, disidencia del grupo de pertenencia, etc.), aunque algunos autores excluyan estos cambios por considerar que se sustentan en motivaciones diferentes.
LA PERSONA CON RIESGO SUICIDA Y SU MANEJO:
A continuación expondré varias maneras de manejar a una persona con la posibilidad de realizar un acto suicida y alerto al lector de que cualquier método, siempre que sea auténtico, armonice con las características de la personalidad de quien lo emplea, sea utilizado por quien crea en su efectividad y persiga como objetivo impedir la consumación de dicho acto, puede lograr buenos resultados en la prevención del suicidio.
I. Frente a todo paciente con riesgo de suicidio lo primero que se evalúa es si el sujeto puede responsabilizarse con su vida o no está en condiciones para ello. Esto implica considerar quién ha sido esta persona, quién es ahora, comparándola con los datos recabados previamente, para hacer patente las diferencias, si existieran, y que pueden precipitar un acto suicida. Aquí queda incluida también, la búsqueda de la parte sana e inteligente del paciente, con la que debemos trabajar para disminuir las probabilidades de llevar a vías de hecho los propósitos autolesivos. Paralelamente, se debe explorar qué otros recursos en la familia y en el medio están disponibles para evitar el intento o el suicidio de la persona.
Al igual que se evalúa la parte sana, debe evaluarse la parte enferma del individuo, es decir, su grado de perturbación mental: si está privado o no de sus facultades mentales y si es capaz de participar de manera constructiva o no en su autoayuda. Y también si esta persona tiene reales motivos para seguir viviendo, por lo que se hace necesario averiguar si está casado, si tiene hijos, si trabaja y se siente satisfecho con lo que hace, si tiene amigos o pertenece a alguna organización política, religiosa, fraternal, etc., su estado de salud física y sensación de bienestar, entre otras cuestiones.
Luego de este análisis entre quién era este sujeto y quién es ahora, en este momento de riesgo, se pueden dividir las personas potencialmente suicidas en tres categorías:
* Primera categoría: Personas imposibilitadas de hacerse responsables de sus vidas. En esta categoría se incluyen a los que tienen muy pocos motivos para seguir viviendo, como los ancianos solos y sin familia que se ocupe de ellos y tengan otros factores de riesgo suicida sobreañadidos, como enfermedad dolorosa, incapacitante, que requiera varias intervenciones quirúrgicas, mala situación económica, tristeza, llanto, ideas suicidas, amenazas de quitarse la vida, ingestión frecuente de alcohol, insomnio marcado, demencia incipiente, etcétera. Los individuos portadores de enfermedades psiquiátricas graves como las esquizofrenias, los trastornos del humor, la depresión y el alcoholismo complicado; los dementes y los retrasados mentales moderados a severos, así como aquellos enfermos físicos portadores de cáncer o SIDA, y los que padezcan de dolor crónico intenso.
Por último, los niños deben quedar entre las personas que no son responsables de sus vidas, pues, realmente, no lo son.
* Segunda categoría: Personas con responsabilidad parcial sobre sus vidas. En esta categoría quedan incluidos quienes padezcan las enfermedades del acápite anterior en determinado momento de su evolución, cuando es posible mantener contacto con el facultativo, son manejables en su medio familiar y sus síntomas actuales no son de gravedad. Se incluyen también los retrasados mentales ligeros, los alcohólicos no complicados y, desde luego, a los adolescentes, que aunque no son enfermos al igual que los niños, requieren a diferencia de éstos, no tutelaje, sino orientación, consejos.
* Tercera categoría: Aquí se incluyen a las personas con plena responsabilidad sobre sus vidas, como los que presentan trastornos de la personalidad, enfermedades psiquiátricas menores o no graves, enfermedades físicas con repercusión psicológica pero con conciencia lúcida, problemas situacionales sin síntomas de graves alteraciones del funcionamiento psíquico; y, desde luego, los adultos sin trastornos psiquiátricos.
Con cada una de estas categorías se debe hacer una intervención diferente, según el siguiente diagrama:
Este manejo se propone en lo fundamental, comprobar si el sujeto puede colaborar con el cuidado de su propia vida y con quienes le quieren ayudar a que se la cuide. Mientras menos cooperación haya, se deben extremar las precauciones pues es más probable la realización del acto suicida, independientemente del grado de responsabilidad que tenga sobre su vida.
II. Esta variante es para enfrentarnos con quien haya realizado un intento de suicidio. Consiste en tratar de dar respuesta a una serie de preguntas en conversación con el suicida en potencia. Pasemos a enunciarlas:
1. ¿Quién era esta persona antes de intentar contra su vida?
De las respuestas a esta pregunta se pueden conocer los factores que elevan el riesgo de cometer suicidio:
• Padecer enfermedad psiquiátrica previa
• Antecedentes de intentos de suicidio
• Inadaptación social
• Inadaptación laboral
• Inadaptación familiar
• Provenir de una familia psiquiátrica o tener familiares psiquiátricos, locos
• Provenir de una familia de suicidas o sobrevivientes de suicidios.
2. ¿Quién es esta persona ahora?
La comparación entre las respuestas a la pregunta precedente y a ésta puede dar más aproximación al riesgo de suicidio, pues mientras mayores sean las diferencias entre lo que una persona fue y lo que es, éste puede incrementarse. Aquí queda incluido además, el cuadro clínico actual, es decir, los síntomas presentados y es la idea suicida planificada la más peligrosa por la cercanía a la ejecución del acto; la inadaptabilidad familiar, laboral y social en el presente, los factores que desencadenaron el intento suicida, entre los que sobresalen los conflictos de familia y pareja, las enfermedades físicas asociadas, etc.
3. ¿Es alta su letalidad?
Aquí las respuestas nos deben orientar sobre el método empleado, pues aunque cualquiera en determinadas circunstancias puede ocasionar la muerte, los llamados métodos duros, como el ahorcamiento, el fuego, la precipitación de lugares elevados creados por el hombre o naturales, sección de grandes vasos, sumersión y otros, son más peligrosos. Con respecto a las circunstancias, debe prestarse especial atención a los que eligen lugares de difícil acceso, en los que las posibilidades de rescate son mínimas, aunque se han realizado suicidios ante las cámaras de televisión y millones de televidentes.
4. ¿Qué es lo que dice el paciente?
Con esta pregunta se trata de verificar a qué se ajusta la ideación suicida: si existe el propósito de morir o al acto se le atribuye otro significado como el deseo de mostrarle a otros cuan grandes son sus problemas, escapar de una situación intolerable, petición de ayuda, etc. La presencia de un plan suicida incrementa sustancialmente el peligro de repetirlo con éxito, al igual que las ideas distorsionadas sobre la realidad, los clásicos “disparates” al decir de los familiares, que cuando tienen como tema supuestas culpas, autorreproches, miserias, tragedias, calamidades, enfermedades incurables, etc., comportan elevado riesgo de suicidio.
5. ¿Qué parte sana tiene el sujeto?
La respuesta a esta pregunta tiene una importancia estratégica pues de ella depende el manejo definitivo de la crisis suicida del sujeto. Las situaciones diversas que se pueden presentar transcurren desde personas sin apenas perturbación psíquica hasta las gravemente perturbadas, desde las que tienen una crítica razonada de lo ocurrido hasta las que consideran el suicidio como única posibilidad.
6. ¿De qué se puede aferrar este sujeto, además de mí, para seguir viviendo?
Como se ve, mediante esta pregunta debe conocerse todo aquel que trate con la persona con riesgo suicida; esto es de gran valor humano, fraternal, solidario, porque, además de nuestra ayuda, debemos recabar apoyo de hijos, cónyuges, compañeros de trabajo, vecinos, etc.
7. ¿Qué más puedo hacer por esta persona?
Su contestación permite hacer una revisión de lo hecho hasta este momento que, en lo fundamental, ha consistido en la evaluación del riesgo suicida. En lo adelante, se deben concentrar los esfuerzos en dirigir a la persona con intento suicida, amenazas suicidas, ideas suicidas planificadas o no, a recibir atención calificada, que puede ser el médico de la familia, psicólogos, psiquiatras, unidades de intervención en crisis de los hospitales generales , etc. Este objetivo de acercar al individuo en crisis suicida a los centros de salud es fundamental, y si él no va a ellos, se puede pedir una visita en el domicilio al médico de la familia, si es que ya no la ha realizado como parte de sus deberes.
Por último, recuerde no dejar solo en ningún momento a la persona en una crisis suicida. No lo olvide.
8. ¿Lo he hecho todo?
Como se puede observar, ésta es una pregunta incisiva que complementa la anterior pretendiendo con ella sean movilizados todos los recursos disponibles, entre ellos, la familia, amigos, vecinos, comunidad, instituciones, organizaciones y todo cuanto sea necesario para enfrentar a un sujeto con intenciones suicidas.
III. Otra variante para el manejo de la persona con riesgo suicida.
Lo primero que se debe hacer cuando una persona nos confía sus ideas suicidas, es TOMARLO EN SERIO, dándole la importancia requerida a la situación, pues muchos cometen el grave error de considerar a quienes intentan el suicidio como chantajistas, manipuladores, que se están haciendo los locos, que eso es un teatro o un alarde. Si piensan así, no podrán nunca comprender ni ayudar a un presunto suicida.
Un segundo paso en este manejo es tratar de comprender al sujeto, los motivos que tuvo para intentar contra su vida, y para lograrlo, es importantísimo escuchar con real interés lo que él dice, detenidamente, con atención, así se facilita la liberación de emociones y sentimientos lo cual cumple una función catártica, vomitiva, con el consiguiente alivio, aunque sea momentáneo, pero alivio al fin. Todo lo anterior favorecerá la relación con él y la ayuda que se desea brindar.
En tercer lugar debemos tratar de facilitar en el individuo la búsqueda por sí mismo de soluciones a su problemática actual, de alternativas realistas y posibles, pues en momentos de crisis éstas están sustancialmente reducidas, y predominan los sentimientos de autodestrucción.
No es conveniente erigirse en juez supremo de los actos del sujeto o querer responsabilizarse con su vida si él está en condiciones de hacerlo por sí mismo.
Lo cuarto es desterrar del pensamiento la idea falsa de minimizar el motivo por el cual una persona puede intentar el suicidio con expresiones como: “No lo hará pues lo que le está pasando no es motivo para quitarse la vida”. Para usted u otro individuo sin riesgo suicida, puede que ese motivo no desencadene dicho acto, pero para el sujeto en riesgo, un motivo similar puede precipitarlo.
Lo quinto que NUNCA DEBE HACERSE es retarlo, sugiriéndole métodos de mayor letalidad del que haya empleado en caso de ser sobreviviente de un intento de suicidio, como: “¿Y si tenías tantos deseos de morir por qué no te tiraste delante del tren?, y el sujeto sólo había ingerido tabletas de un ansiolítico de acción breve; o “Acaba de matarte de una vez que me tienes aburrido” o “Usted no se mata nada, no esté haciendo papelazos”, estas expresiones deben ser abolidas de nuestro léxico y criticar a quien las pronuncie porque, evidentemente, no sabe la hostilidad que este tipo de personas genera en él.
Pierda el temor de enfrentarse a personas con ideas suicidas, quienes, por lo general, son capaces de establecer una buena relación con usted, están muy necesitados de ser escuchados y desean seguir viviendo con solo que ocurran pequeñas modificaciones en sus vidas.
Y no olvide nunca que si intuitivamente considera que el sujeto está en crisis suicida y puede consumar el suicidio, trate por todos los medios de dirigirlo a un centro médico para su tratamiento especializado.
IV. Al enfrentarnos a una persona potencialmente suicida, es necesario tener en cuenta nuestras propias opiniones y puntos de vista con respecto a quienes lo intentan, los cuales pueden oscilar desde el rechazo manifiesto, considerándolos como cobardes, hasta la plena justificación, catalogándolos de héroes.
No es prudente asumir, al enfrentarlos, ni una posición ni la otra. Los individuos que atentan o desean atentar contra su vida, no son ni cobardes ni valientes, pues la cobardía y la valentía son cualidades del carácter no cuantificables por la capacidad que tengan los seres humanos de privarse de sus vidas o no. A estas personas les ha fallado su capacidad reactivo-adaptativa, les han fracasado sus mecanismos útiles de adaptación ante los avatares de la vida, y como sucede en cualquier caso de crisis, se encuentran desesperados, confusos y con una mezcla ambivalente de sentimientos.
Ante esta situación es muy útil servir de “modelo ortopédico” a este tipo de individuos, dándoles apoyo frecuente, ayudándoles en el análisis de sus problemas y dificultades, facilitando la participación de ellos en la búsqueda de soluciones en conjunto con otros familiares, compañeros de estudio o de trabajo, con la finalidad de disminuir hasta donde sea posible los sentimientos recurrentes de soledad tan frecuentes en las personas suicidas.
Es una buena técnica de ayuda no intentar convencerlos de lo maravilloso que resulta estar vivo, de lo buena que es la vida y otras conversaciones similares, pues ellos, precisamente, no son capaces de pensar eso y lejos de ayudar, se pueden incrementar sus sentimientos de ineficiencia, inutilidad, minusvalía, por sentirse incapaces de disfrutar de los beneficios de vivir. En este sentido, es más útil precisar con detalles lo que dicen sobre sus vidas y porqué consideran que carecen de sentido y es mejor morir, pues la sola expresión de estas opiniones pudiera llevarles cierto alivio, además de permitirnos conocer cómo piensan.
No se debe olvidar ni por un momento que las personas con este riesgo, tienen alternativas muy limitadas para resolver problemas y la más socorrida es el suicidio, por lo que resulta de gran importancia conocerlas y evaluar cuan realistas son, y si el peligro es elevado; desde ese momento no se deben dejar solas.
Por último, emplee una parte del tiempo junto a ellas en hacerles comprender las otras opciones no suicidas para resolver los problemas, y que ocasionarían sufrimiento a personas allegadas si murieran; así como también hay quienes desean ayudarles, sin olvidar mencionar las fuentes donde recurrir en busca de salud mental, si persisten los deseos de autoeliminación, en cuyo caso, usted es la persona indicada para acercarlas a ellas.
V. Una variante un tanto complicada de manejar a estas personas con riesgo de suicidio, es aquella en la cual lo primero es realizar el diagnóstico del significado de quitarse la vida para quien desea hacerlo o lo haya intentado.
No todos los que se autoagreden tienen reales deseos de morir. A los efectos resultantes de autoagresiones sin propósitos de muerte se les denominan daños autoinfligidos y como he señalado con anterioridad, pueden tener diversos significados, necesarios de precisar para hacer un manejo más efectivo de estas personas.
Muchos se infligen daño para evitar con ello el dolor físico, síntoma fundamental ocasionado por determinada enfermedad. No es menester la evidencia del mismo, sino que pueden atentar contra la vida a causa de lo por venir, como es el caso de enfermedades incurables. En esta situación, lo esencial es asegurarle al individuo que existen los medicamentos fundamentales en cantidad suficiente para hacerle frente a esta contingencia y, de fracasar, hay otras técnicas para poner fin al dolor, disponibles en instituciones especializadas.
Algunos desean con el suicidio agredir a otros seres queridos por lo que se hace provechoso discutir el tema de la agresividad y cómo hacerla socialmente útil, pues no es malo ser agresivo, sino hacer un mal uso de ella. Un boxeador que no sea agresivo no es un buen deportista, pues en todos los deportes de combate la agresividad es fundamental. Y ni siquiera en estos casos puede ser utilizada a tontas y a locas, sino de manera inteligente que se traduzca en la victoria. En lo cotidiano hay que hacer lo mismo.
Otros reaccionan de esta manera ante la pérdida de una relación valiosa, y en estos casos se les debe recordar otras pérdidas que hayan precedido a la actual, relacionar los estados anímicos pasados con los presentes y valorar en qué medida esta situación ha vuelto a tener el mismo significado de las experiencias pasadas. Pero ahora es un adulto y se espera de él enfrentarlas de forma más madura, más realista, menos dependiente, menos dañina para él y los que le rodean.
Muchos de los que intentan contra su vida nos están indicando que en ellos ha hecho su debut determinada enfermedad mental de importancia, con necesidad de atención especializada cuanto antes por el peligro de llegar a consumar el suicidio, y se hace impostergable la orientación hacia una clínica psiquiátrica para su diagnóstico, tratamiento y seguimiento de su evolución por profesionales competentes.
Una parte de ellos recurren al suicidio tratando desesperadamente de pedir ayuda por encontrarse ante un problema, incapaces de resolver por sí solos, pues sobrepasa sus capacidades de ajuste. En estos casos, lo mejor será retirarlos de la situación si fuera posible mediante cambio de ambiente, hospitalización, etcétera, enseñarles otras variantes de enfrentamiento y pedir apoyo a cuantas personas tengan que ver con este individuo y la solución de su contrariedad.
Por último, hay quienes desean quitarse la vida para salir de una dificultad agobiante como pudiera ser una relación conflictiva y difícil, una situación socioeconómica precaria, responsabilidades ineludibles para las que no se está preparado, etc. Una buena alternativa en estos casos es brindar apoyo emocional al sujeto, calor humano y valorar de qué manera el estrés puede ser reducido para aliviar sus tensiones.
VI. Una forma de poder ayudar a las personas en peligro de suicidio es conocer cómo se sienten en esos momentos.
Es común en ellas sentirse terriblemente solas, sin nadie interesado que las entienda. En muchas oportunidades, el aislamiento en que se sumergen les facilita estos sentimientos. Con frecuencia consideran a la vida carente de sentido alguno, suponen que las demás personas se sentirían mejor si ellas no existieran y es preferible estar muertas. Se sienten pesimistas, creen que nada les ha salido, les sale ni les saldrá bien en sus vidas, que son una calamidad y sus dificultades no tienen solución.
No son pocos los desesperados cuyas fantasías suicidas en sus mentes, cada minuto que pasa se hacen más firmes y convincentes. Pero unido a ello sienten también muchos deseos de seguir viviendo si determinados cambios ocurrieran, si se les brindara un poco de ayuda.
Es conveniente eliminar el criterio equivocado de no poder ayudarlos con el simple sentido común, pues ellos sólo necesitan que se les escuche y se les asista.
Ante una persona que le confía sus deseos de suicidarse, le sugiero lo siguiente:
• No se alarme al recibir esta información, pero siempre tómela en serio.
• Estimúlela a que le confíe sus problemas y cómo ellos le hacen sentir.
• Hable usted lo menos posible para que predomine siempre la voz de la persona que sufre.
• Toque a la persona, pues el contacto piel con piel facilita la comunicación (ejemplo: ligera presión manual del antebrazo mientras le invita a que se desahogue).
• No se ponga de ejemplo, ni le hable de usted y sus experiencias personales.
• No le dé las soluciones que fueron buenas para usted, pues puede ser que para ella no sirvan en lo absoluto.
• Si no se siente seguro en lo que está haciendo, pida ayuda. No es aconsejable el manejo en solitario de personas con riesgo de suicidio cuando haya inseguridad.
• Acompáñela hasta que el peligro haya pasado, lo cual puede manifestarse al ser capaz de expresar verbalmente su crítica hacia los pensamientos suicidas cuando mejora su estado de ánimo, y se muestra más relajada, tranquila, cooperadora e interesada por las actividades cotidianas.
• Si el riesgo suicida persiste, lleve al sujeto para que reciba atención psiquiátrica especializada.
• Inténtelo de nuevo cuando cualquier otra persona le confíe sus propósitos suicidas y le saldrá mejor que la primera vez, como a todos los que nos hemos dedicado a la prevención del suicidio.
MANEJO DE QUIEN REALIZA UN INTENTO SUICIDA POR VENGANZA O CHANTAJE:
El intento suicida por venganza o chantaje, es el realizado por personas con rasgos anormales en su carácter, quienes pretenden, mediante este acto, castigar a otros, ponerlos en evidencia como culpables de su acto suicida y, en el caso de fallecer, hacerlos responsables de su muerte.
Las personas que realizan este tipo de intento suicida han asumido con relativa frecuencia el papel de víctimas en sus relaciones interpersonales o el de manipuladoras de los demás. En la generalidad de los casos, pretenden castigar a alguien muy estrechamente relacionado con ellas, como el padre, la madre, cónyuge, novio, novia, etc., por algo que hizo o no esperaba que hiciera o no lo hizo y ellas querían que se hiciera. Casi siempre, el tiempo transcurrido entre el problema o motivo supuesto y la tentativa de suicido, es breve: minutos, horas, raramente días, de manera que la otra persona y con ella los demás, se puedan dar cuenta de la estrecha relación entre lo ocurrido y el acto suicida. A veces pueden dejar notas de despedida o mensajes contradictorios como el que sigue: “No culpen a Fulana de lo que hago, pero desde lo que me hizo no puedo pensar en otra cosa que no sea la muerte” (¡?)
Este tipo de intento suicida debe ser manejado de la siguiente manera:
1. Es conveniente hacerle saber a esta persona que ningún ser humano es culpable ni puede hacer que otro se suicide: es el propio sujeto que intenta el suicidio quien elige el método y él mismo quien lo lleva a la práctica. Cuando un individuo causa la muerte a otro, ya no es un suicidio, que por definición es matarse a sí mismo, sino un homicidio. En este sentido, se dice que el suicidio es el homicidio de sí mismo.
2. Debe entender que la responsabilidad del intento suicida es del propio sujeto que lo realiza, por no tener un adecuado control de su impulsividad y manejar de manera inadecuada su hostilidad, por no haber aprendido a enfrentar situaciones complejas y elegir mecanismos anormales de afrontamiento.
3. Se debe hacer el análisis de quién castiga a quién con dicho intento. Sin lugar a dudas, la persona a quien se pretende castigar seguirá viviendo, aunque con cierto grado de culpabilidad, mayor cuanto más cercano sea el vínculo afectivo que los unía. Sin embargo, el castigado con más severidad es quien lo intenta, pues en primera instancia puede perder la vida o afectar su salud; puede perder la confianza de sus seres queridos quienes empezarán a tratarlo con miedo, lástima o compasión, pero no como a una persona normal; será el comentario del vecindario, pues pensarán que no está gozando de una buena salud mental. Hay que hacer énfasis en que el supuesto castigador, a partir de ese momento, tendrá dificultades para conocer por qué se continúan las relaciones con él o ella, si es porque aún existe amor o porque le tienen miedo a sus reacciones, en caso de que se haya tratado de la pareja, uno de los casos más frecuentes.
También debe entender cuánto se limitan sus posibilidades futuras de estabilidad afectiva y de encontrar una pareja normal, pues es difícil mantener vínculos duraderos con quien haya intentado el suicidio para vengarse de un ser querido.
4. Hay que invitarlo a que modifique su manera anormal de querer, pues es un grave error creer aquello de “quien bien te quiere te hará llorar”; cuando realmente se quiere no se chantajea al ser amado ni se hace objeto de venganza alguna o manipulación.
5. Necesita comprender lo imprescindible de modificar la forma de ser y hacer, es decir, el comportamiento, si es que pretende ser una persona lo más equilibrada posible. Y una de las características de ésta es que no se autoagrede para culpar a otros de lo que hace contra sí mismo.
6. El sujeto es el único responsable de su vida y también de su muerte, y en esa muerte por suicidio, el papel principal será desempeñado por su propia manera de ser, por ninguna otra persona y hay que hacerle comprender esto.
7. Se debe enfatizar con él en la necesidad de establecer diferencias entre el motivo de algún hecho y su causa. El motivo de un intento suicida por venganza o chantaje puede ser cualquiera, un disgusto, la ruptura de una relación, una frustración, etc. Pero la causa de esta conducta anómala es el propio sujeto, con su forma anormal de manejar situaciones.
8. Por último, es preciso invitarlo a que haga utilización de la parte buena, adulta y responsable de su personalidad, que seguramente impedirá la realización de actos de este tipo, muestra evidente, sin lugar a dudas, de rasgos inmaduros del carácter.
MANEJO DE QUIEN REALIZA UN INTENTO SUICIDA POR MIEDO:
Este tipo de intento de suicidio lo realizan quienes tratan de evitar una situación muy temida, de ahí la importancia de definir de qué se trata.
Hay momentos que generan temores diversos en la generalidad de los seres humanos, como son las guerras, las epidemias, las hambrunas, las catástrofes naturales. Algunos, sólo lo generan en determinadas personas, no así en otras, por tratarse de circunstancias que habitualmente no producen este tipo de emoción. Son las llamadas fobias, temores irracionales a dificultades, objetos o animales y múltiples cosas en dependencia de su origen.
Existen otras contrariedades muy temidas, no por la situación en sí misma, sino por las consecuencias derivadas de ella en ciertos contextos culturales. Pongamos por ejemplo el caso de una adolescente en un hogar, educada con rígidos principios morales entre los que la virginidad es la principal divisa de la honra, y perderla significa ser una deshonra para ella y la familia. Supongamos que esta adolescente, por amor, curiosidad, embullo, o cualquier otra razón válida para sí en ese momento, tiene relaciones sexuales con su novio, ese temor a enfrentarse a las consecuencias de su acto, puede llevarla a realizar un intento de suicidio para evitar la cólera paterna o materna, los regaños de los familiares, las habladurías y los comentarios, etcétera. En estos casos, los familiares reaccionan con una gama de efectos entremezclados, que pueden ir desde el enojo, hasta la agresividad física, por sentir que la adolescente les ha humillado ante todos.
En circunstancias de este tipo, sugiero realizar el siguiente manejo:
1. Hay que hacerles comprender a los padres lo limitado de su criterio de una hija buena y honrada, pues una buena hija lo es porque es estudiosa, sociable, bondadosa, sacrificada, cariñosa, respetuosa, veraz, puntual, y toda una serie de cualidades personales que seguro su hija tiene y ellos no se han detenido a valorar, pues sólo les interesa si es o no virgen.
2. Por la rigidez antes descrita, que ha desempeñado el papel de muro separador, existen dificultades en la comunicación padres-hija, e impidió que la adolescente comunicara lo ocurrido y optara por intentar el suicidio.
3. Ha existido una deficiente educación sexual en la adolescente y en los padres, lo cual favoreció la relación sexual prematrimonial en esta etapa de la vida.
4. La adolescente debe entender que las situaciones muy temidas lo son para todos los seres humanos por igual y el resto se puede calificar como muy importante, importante y poco importante, y ayudarla a clasificar la suya según este nuevo criterio, que excluye el miedo.
5. Los familiares y el adolescente deben saber que debe darse a cada problema su justo valor. Ni sobrevalorarlo ni subvalorarlo, y es aconsejable ponerlo en conocimiento de otros no inmersos en él y que pueden tener una visión más realista del mismo. Para ello se puede utilizar el médico de la familia, el psicólogo, el psiquiatra, el sacerdote o pastor, un buen amigo, etc.
6. Debe llegarles el mensaje de que en momentos importantes como el referido, es cuando se demuestra ser padre o madre para su hija, pues es preferible tener una hija que no sea virgen que tener una hija muerta o sobreviviente de una tentativa de suicidio.
7. La adolescente debe entender que en momentos importantes se demuestra a los padres que se es hija al confiar en ellos. Al principio no reaccionarán como se espera, pero si sigue su vida como siempre, cumple con sus obligaciones, les da un tiempo para la reflexión, todo volverá a la normalidad.
8. La familia debe analizar que los problemas surgidos en su seno, no necesariamente son para crear el caos, la desorganización. Muchas veces las crisis en la familia contribuyen al crecimiento individual de sus integrantes desde el punto de vista emocional y ello se traduce en lazos más sólidos y realistas. En esta nueva dimensión se instará a que funcione la familia que se pretende ayudar.
Por último, existen múltiples situaciones generadoras de actos suicidas, pero todas tendrán como denominador común la intolerancia, el miedo unilateral motivado por factores culturales, que a pesar nuestro y suyo, aún persisten.
MANEJO DE QUIEN REALIZA UN INTENTO SUICIDA POR DESESPERACIÓN:
El intento suicida por desesperación ocurre en el curso de circunstancias con gran repercusión emocional en individuos con poca tolerancia a las frustraciones; más frecuentemente después de desengaños amorosos, aunque no es privativo de ellos ni tampoco son las únicas en que se puede presentar.
Para el manejo de este tipo de intento de suicido primero se hacen las siguientes preguntas al sujeto en cuestión:
• ¿Siempre todo nos tiene que salir bien en la vida?
• ¿Las cosas siempre tienen que salirnos como las pensamos y deseamos?
• ¿Los seres humanos estamos vacunados contra los fracasos, las decepciones, los desengaños?
• ¿Los desengaños, las frustraciones y cuantos problemas nos ocurren, son para que nos suicidemos o para que los enfrentemos, suframos y les demos solución, si la tienen y continuemos viviendo con esa experiencia ganada?
Acto seguido sería de mucha utilidad reflexionar con el individuo:
1. No todo en la vida tiene que salir bien y eso no constituye una tragedia. Él es quien la hace, porque no le salió de la forma deseada y porque aún no ha aprendido a enfrentar situaciones adversas.
Una persona que desee ser equilibrada tiene que ser capaz de reconocer sus equívocos, de desprenderse de posesiones valiosas o renunciar a algo cuando las circunstancias lo requieran.
2. Él no es el único que ha sufrido los fracasos amorosos, las frustraciones, los desengaños, la pérdida de seres queridos, en fin, los diversos problemas que ocurren, porque forman parte, precisamente, de eso que se llama VIDA y hay que VIVIR, aunque sean dolorosos y muy frecuentes.
3. Ningún ser humano está inmunizado contra el fracaso. Existen vacunas para múltiples enfermedades infecciosas y nuestro país está en una posición de avanzada en este campo de la medicina, pero no existe ni será creada una vacuna antidisgusto, antifracaso, antiproblema. Nunca se diga “Yo no me puedo disgustar”, “Yo no me puedo molestar”, cuando para ser justos debiera decirse “Yo no he aprendido a disgustarme”, “Yo no he aprendido a molestarme”. En efecto, hay quienes desde épocas tempranas de sus vidas siempre fueron complacidos en todos sus caprichos por parte de sus seres queridos y siendo adultos, creen firmemente que el resto de las personas que no son sus familiares, están obligadas a complacerlos como lo hacían ellos. Y eso la mayoría de las veces no ocurrirá, y ocasionará en el sujeto la confrontación inesperada y el consiguiente malestar.
Para lograr ser equilibrado debe evitar molestarse innecesariamente, evitar los disgustos porque los tiene en cuenta y los previene; pero no rehuirlos tampoco si se presentan, pues en el transcurso de la vida debe aprender a enfrentarlos.
4. Los fracasos, los desengaños amorosos, hacen que las personas se sientan anímicamente mal, frustradas, desilusionadas, pesimistas, irritables o cualquier otro tipo de estado psíquico no usual, pero tampoco anormal, pues es la respuesta lógica a un acontecimiento doloroso y desagradable que les ha ocurrido.
Si se desea ser equilibrado, sufrirá su malestar pero continuará haciendo, quizás con menos eficacia y creatividad, lo que realizaba antes del sufrimiento: trabajar, criar los hijos, estudiar, etc. Puede pedir consejos a su médico de familia, psicólogo, psiquiatra, sacerdote o pastor o simplemente a una persona en quien confíe. Todo eso es normal.
Ahora, si desea complicar su propia vida, hará justo lo contrario: al no soportar estar sufriendo, comenzará a dejar de hacer las cosas que le pueden ayudar a disminuir dicho sufrimiento. Comenzará entonces a desatender el trabajo, los hijos, la familia, encerrándose en sí mismo. No buscará ayuda médica y si la busca no cumplirá cabalmente las indicaciones terapéuticas, tampoco confiará sus problemas a otros que pudieran socorrerle, y es en esos momentos de soledad más aparente que real cuando ocurren estos actos suicidas.
5. Es fundamental que sufra su dolor y trate de seguir funcionando lo más normal posible, aprendiendo de todo lo ocurrido y tratando de preguntarse cuál ha sido su participación para evitar incurrir en errores similares en el futuro.
Si desea ser equilibrado, debe ser capaz de darse cuenta cuándo ha dejado de significar para alguien lo que significaba antes. Eso siempre es triste y doloroso, pero no es el fin del mundo. Seguimos siendo lo que somos pero sin esa criatura.
Una persona que desee complicarse la vida pensará que todo lo hizo bien, a la perfección, que el otro es el culpable, que con ella jugaron, fue engañada, manipulada, utilizada y sin ese otro ser y el conflicto al que limita su mundo, se le acabará todo. Los hijos, la familia, los estudios, el trabajo, las amistades, no forman, para ella, parte de su mundo y debe recordársele que sí lo son.
6. Hay que ayudarla a encontrar otras alternativas que no sea el suicidio a la hora de enfrentarse a situaciones dolorosas, pues es una solución definitiva a malestares que son temporales.
MANEJO DE LA FAMILIA DE UN SUICIDA:
A partir de determinada edad, que oscila entre los siete y los diez años aproximadamente, todos los seres humanos normales saben que tienen que morir. Sin embargo, a pesar de eso, la muerte siempre afecta, en mayor o menor medida, a los que continúan viviendo, y por ello cobra mayor importancia la forma en que se muere, y sobre todo si esa muerte es por suicidio, violenta e inesperada en la mayoría de las veces. Al respecto, se ha señalado “la persona que se suicida pone su esqueleto psicológico en el armario emocional de los sobrevivientes que tienen que tratar con sentimientos negativos, pensamientos sobre su posible participación en el suicidio o lo que dejaron de hacer para evitarlo”.
La causa de muerte que genera mayor culpabilidad, hostilidad y estigmatización es el suicidio. Por tanto, al enfrentar a la familia del suicida, lo primero es:
• Tener en cuenta el grado de shock y qué recursos inmediatos están a la disposición de la familia para su apoyo emocional.
• Detectar los sentimientos de culpa y responsabilidad por lo ocurrido.
• Detectar posibles pensamientos suicidas, amenazas y otras conductas afines entre los familiares del occiso.
• Ayudar a la familia a reconocer que el suicidio estuvo relacionado con la posible enfermedad del individuo y no con una falla de ellos, pues está comprobado que los familiares de los suicidas están en peligro de tener un comportamiento similar por diversos mecanismos, entre los que la imitación desempeña su papel.
Es conveniente considerar que la clásica reacción de duelo, en el caso de los familiares del suicida, es catastrófica por sus manifestaciones.
En la fase primera de shock, la marcada tristeza es evidente entre los familiares que tenían una relación más estrecha con el suicida, y coexiste con síntomas físicos, como salto de estómago, dolores precordiales, hipersensibilidad a los ruidos, sentimientos de irrealidad, falta de aire, pérdida de energía, trastornos del apetito y del sueño. A la fase de shock le continúa una fase de rabia, la cual puede dirigirse en contra de todos, de los médicos que atendieron al individuo, el propio sujeto, el suicida, Dios, etcétera. A esta fase le sigue la de culpabilidad, en la cual es notoria la angustia por no haber previsto el desenlace, los anhelos no satisfechos del suicida, las diferencias no resueltas en las relaciones con el difunto, posibles motivos que contribuyeron al desenlace fatal, pensamientos repetitivos y recuerdos del fallecido.
Por último, la fase de reorganización permite a los sobrevivientes reorientar sus energías psíquicas a nuevas motivaciones si el duelo es resuelto de forma satisfactoria.
Algunos afirman reconocer las fases del duelo y no actuar de manera inmediata. En mi experiencia, sustentada en una efectiva relación médico-paciente-familia, comienzo las acciones de salud en el propio funeral, limitándome en esos momentos a permitir las manifestaciones de dolor y pena e, incluso, estimularlas en aquellos familiares que tratan de mantener un control excesivo sobre sus emociones, velando siempre por llevar la voz de la razón donde predomina la voz de los afectos. En este momento se le brinda el mayor apoyo emocional a quienes estaban afectivamente más vinculados al suicida.
En los días que siguen se trabajará con la familia en establecer diferencias entre las muertes esperadas y las no esperadas como el suicidio, con la finalidad de que comprendan cuán devastador resulta este tipo de muerte para los sobrevivientes, y se trata de evitar que los mismos hagan pasar a los demás por la experiencia traumática que ellos están viviendo.
Otro aspecto importante es establecer lo que he denominado “priorizar” el duelo, es decir, establecer una jerarquía de dolientes, y precaver la usurpación del dolor por otros familiares que no son los más afectados, pero por determinadas características de personalidad, se comportan como si fueran los que más sufren. Este procedimiento no se debe aplicar si no se tiene una sólida relación con los familiares y un profundo conocimiento de los vínculos entre ellos y con el occiso, para lograr de esta manera la solidaridad del resto de la familia y se brinde apoyo emocional al “doliente priorizado”, sin que los otros sientan minimizados sus sentimientos, e incrementar sus actitudes altruistas.
En cuanto a la culpabilidad que con frecuencia sienten los sobrevivientes a un suicida, es posible manejarla en dependencia del grado de responsabilidad que sobre su vida pudo tener el fallecido. Así, si el suicidio fue realizado por un sujeto sin responsabilidad alguna sobre su vida en esos momentos o sólo la tenía parcialmente, le hacemos entender a los familiares que:
• La culpa es una fase habitual por la que todos pasamos cuando muere un ser querido, con independencia de la causa que la origine; ésta dura cierto tiempo en el cual el individuo se cuestiona constantemente qué hizo o qué dejó de hacer para que los hechos ocurrieran. Eso es muy normal.
• Hay enfermedades, como la padecida por esa persona, en las que el suicidio, aunque ocurrió en ese determinado momento, pudo haber ocurrido mucho antes y si no sucedió así, en eso mucho tuvo que ver los cuidados y las atenciones brindadas por la familia. El suicidio en esas enfermedades es como la fiebre en la amigdalitis, siempre está presente y no es fácil de evitar cuando la persona no tiene poca o ninguna responsabilidad sobre su vida.
• El propio suicida no hubiera deseado padecer la enfermedad que lo llevó al suicidio, ni la familia, ni el médico, ni el psicólogo, ni el psiquiatra.
Si el suicida tuvo plena responsabilidad sobre su vida, se le hace comprender a la familia lo siguiente:
• Las personas, cuando tienen determinada forma de ser, o ciertos rasgos en su carácter, se convierten en sus propios enemigos más peligrosos.
• Se interroga al familiar: ¿Cómo usted podía evitar esto?, y por lo general responde con aquellas ideas que reflejan la culpabilidad por lo sucedido, esto es, lo que no hizo o hizo mal. Se le escucha atentamente y se le pregunta entonces: ¿Durante qué tiempo usted iba a poder evitar lo ocurrido? Es posible que responda con un plazo, tras lo cual se debe indagar: Y después, ¿cómo iba a evitar el suicidio si él seguía siendo de esa manera y no tenía interés en cambiar?
Si aún no ha comprendido el mensaje que se le quiere dar de no sentir culpabilidad por lo ocurrido, se razona como sigue: ¿Qué culpa tiene mi madre si ahora, cuando yo termine de hablar con usted, intento el suicidio? ¿No se da cuenta de que soy un adulto, hago lo que deseo y nadie lo puede impedir? Para hacerlo, tendría mi madre que encadenarse a mí, dormir conmigo, bañarse conmigo, salir conmigo, y eso es imposible. Suponiendo que se pudiera hacer todo eso por un tiempo, la vida no tendría ninguna calidad para ella ni tampoco para mí. Por otra parte, si deja de estar encadenada a mí yo puedo intentar el suicidio, por lo que tendría que pasarse toda su vida de esa manera, lo cual es un absurdo.
En seguida otra interrogación: ¿Quién le cuida a usted y a mí para que no nos suicidemos? Obviamente, ninguna persona tiene que hacerse responsable de la vida de otra, si no se trata de un niño, un enfermo mental grave sin capacidad para discernir entre lo bueno y lo malo, un demente que ha perdido su total entendimiento o un retrasado mental grave que nunca lo ha tenido.
Un último recurso puede ser preguntar al familiar si él le inculcó la idea del suicidio, si le facilitó los medios para llevarlo a cabo, las cuales seguramente serán respondidas de manera negativa. Acto seguido se le asegura el conocimiento de todo lo hecho por él para modificar su manera de ser, cuántos consejos le dio y todo lo sufrido por ese carácter del difunto.
Más difícil se hace el manejo cuando la culpa se basa en hechos reales, como por ejemplo, que haya familiares con intento suicida previo al del ser querido. En casos como esos no es prudente intentar eliminar toda la culpabilidad, pues eso puede ser percibido como un engaño o que se le trata de consolar sin las razones suficientes para ello. Es conveniente conocer lo siguiente en relación con este fenómeno:
• El efecto imitativo de la conducta suicida está reconocido. En 1841, Willian Farr sentenció: “No hay un hecho mejor establecido que el efecto imitativo en la conducta suicida”. En nuestros días, este efecto está relacionado con el manejo que hacen del tema los medios masivos de difusión y las noticias sensacionalistas sobre el suicidio. Los antecedentes familiares de esta conducta siempre se citan como un factor de riesgo y restarle o negar su importancia sabiendo lo anterior, pondría al descubierto su falta de autenticidad ante la persona en crisis, la cual tiene una sensibilidad especial para detectar cuando se le brinda una información distorsionada.
• Este tipo de persona del cual estamos hablando, necesita sentirse culpable, pero no totalmente. Él tolera una parte de la culpabilidad que le pertenece y agradece que se le permita cargar con ella y continuar viviendo con dignidad.
Teniendo en cuenta estos dos aspectos mencionados, le haremos la siguiente observación: “Usted, es cierto, había intentado contra su vida y eso como es lógico lo hace sentir culpable del suicidio de su familiar y yo considero que ese antecedente pudo haber influido. Pero si se detiene a reflexionar, él tenía unas características en su forma de ser muy diferentes a las suyas. ¿De quién las aprendió? No sabemos. De igual manera que no podemos determinar de quien aprendió esas cosas, tampoco se puede decir que no quererse la vida lo aprendió de usted, única y exclusivamente.
Pero, además, usted se da cuenta cuando otra persona está haciendo algo mal hecho y no lo imita a ciegas por el mero hecho de presenciarlo o de saber que ocurrió. En otras palabras, si se conoce lo que es bueno, regular y malo, no tiene porqué imitar esto último a menos que lo desee, porque nadie está obligado fatalmente a imitar lo malo cuando puede tratar de imitar lo bueno. ¿Cómo veo las cosas, entonces? Para mí usted hace un tiempo hizo algo que no estuvo correcto lo cual tal vez influyó de alguna manera en lo sucedido con su ser querido, pero eso no constituye la causa del suicidio, pues este tipo de conducta se ocasiona debido a la conjunción de múltiples factores y nunca uno solo de ellos. En este caso en particular, el mayor peso lo constituyeron sus rasgos anormales de carácter, que no sólo le ocasionaron la muerte sino que antes lo llevó a tener dificultades en su escuela, el matrimonio, con los amigos, en el trabajo, etc”.
Una vez asistido el familiar del suicida con antecedentes de igual tentativa, es útil tomar determinadas medidas de carácter general que faciliten la elaboración del duelo y, por tanto, su evolución dentro de límites normales. Estas medidas son:
• Retirar fotos del fallecido de los lugares donde con frecuencia se reúne la familia. Cuando el duelo se haya resuelto, se puede colocar alguna donde se estime, pues ya no se recordará con la intensidad afectiva de los primeros días. Mientras, es mejor tener algún lugar para ir expresamente a eso y no donde se encuentre la imagen con solo pasar.
• No llevar fotos del fallecido consigo (billeteras, monederos, documentos de identificación, medallas, etc.).
• Retirar sus objetos personales guardándolos en un lugar seguro, pero no visibles a simple vista.
• Modificar la habitación del fallecido o el lugar donde permanecía.
• No asistir con frecuencia al cementerio.
• Seguir vistiéndose como siempre lo ha hecho. Si hay tradición de llevar luto no tratar de impedirlo.
• Permitir que los niños continúen viviendo su rutina cotidiana, esto es, jueguen, vean los programas infantiles en la televisión, etcétera.
• No olvidar que el adolescente tiene su propia manera de experimentar su aflicción por lo ocurrido y no tiene que manifestarse de su misma forma. Aunque se le vea riendo en determinados momentos, él sufre tanto como usted, no lo olvide.
• Es conveniente hablar con los menores sobre lo ocurrido, y relacionar siempre el suicidio con la locura (aunque no sea cierto), pues esta asociación puede disminuir la posibilidad de imitación, “el loco es el que se suicida y yo no lo estoy, por tanto, yo no me suicido”.
DESVENTAJAS DE LA CONDUCTA SUICIDA PARA QUIEN LO INTENTA Y SU FAMILIA:
Algunas personas piensan que el suicidio tiene la ventaja de impedir el sufrimiento. Eso es cierto, pero esa supuesta ventaja es en realidad una gran desventaja. ¿Por qué?
1.Porque se pretende dar una solución definitiva en contra de la propia persona a sufrimientos y situaciones que son temporales. Uno puede sentirse mal durante un mes, tres meses, un año, cinco años, pero no va a sentirse mal los setenta y cinco años que como promedio se vive en el país.
2. En ese instante predomina la parte más egoísta y menos inteligente de la persona, pues sólo piensa en sus sufrimientos, en sus malestares y no en el sufrimiento que le ocasionará a sus seres queridos.
3. Es incapaz en esos momentos de amar a otros, pues para querer a los demás lo primero es quererse sanamente uno mismo. ¿Puede un padre o una madre querer a sus hijos si los va a dejar huérfanos? ¿Puede el esposo querer a su esposa si la va a dejar viuda? Reflexione en torno a esto.
4. Dice un refrán muy conocido: “De tal palo tal astilla”. Y otro no menos conocido: “Hijo de gato caza ratón”. “A buen entendedor, pocas palabras”, dice un tercero. Si la persona no desea que sus seres queridos aprendan a suicidarse, no se lo debe enseñar. Así como se aprenden cosas buenas, también se pueden aprender cosas malas, y es conocida la influencia en la conducta suicida de los hijos con antecedente de padres o madres suicidas o sobrevivientes de una tentativa de suicidio. Esto en los progenitores, coloca automáticamente en peligro a la descendencia. Como usted puede observar, quien intenta el suicidio por tener un problema, tendrá dos: el que tenía y desde ese momento, los familiares en riesgo.
Además de estas desventajas, hay otras que también son importantes. Pasemos a su análisis. Cuando alguien intenta contra su vida, empieza a contribuir a la formación de su imagen de persona trastornada mentalmente entre los vecinos, no expertos en cuestiones de psiquiatría; los compañeros de estudio o trabajo, que tampoco lo son, y ellos pueden utilizar diversas expresiones humorísticas para referirse al suicida como son “tiene guayabitos en la azotea”, “tiene un cable a tierra”, “le falta un tornillo”, “tiene las tuercas flojas”, “está sansi” y otras no menos ingeniosas, y no lo considero una falta de sensibilidad humana, sino más bien, una característica cultural propia del cubano.
Quien intenta contra su vida es poco probable que pueda formar una pareja estable con una persona normal, pues las normales no tienen afinidad con él, porque no les proporciona seguridad.
Si quien intenta contra su vida tiene esposa o novia, ésta puede continuar la relación porque teme que se realice el acto suicida si la termina; puede continuar porque le tiene lástima o compasión, pero muy difícilmente por amor, ya que ha sido puesto en peligro de acabar por el suicidio. A veces no es fácil determinar cuáles son las verdaderas motivaciones para continuarla.
Otro inconveniente, a partir de ese momento el suicida deja de ser tratado como lo era antes, aparece la desconfianza y el miedo. Y le estarán supervisando sus actos, le situarán un acompañante forzoso para controlar lo que hace, cuándo lo hace, para qué lo hace, dónde lo va a hacer, en fin, le espiarán cada uno de sus actos pues la familia teme otra tentativa de auto-eliminación.
Y estas actitudes de desconfianza y temor no son más que la natural reacción de los seres queridos ante el intento suicida y será la propia persona cuando muestre un comportamiento diferente, estable y controlado quien les devolverá la confianza perdida. Eso lleva tiempo, a veces años, con el lógico malestar ocasionado a quien recibe la observación y a quien la hace.
Esto que ocurre con los familiares también puede suceder con otras personas, como son los compañeros de estudio o de trabajo, quienes asumirán un comportamiento similar.
Es importante insistir en que todo suicida que tenga hijos, como ya se anotó, los pone en riesgo de que hagan lo mismo, de que lo imiten. Y es muy común que los progenitores que han tenido dicha conducta se defiendan tratando de no asumir su responsabilidad con expresiones como las siguientes:
• “Ellos están pequeños”. Argumento no convincente, pues lo que los pone en riesgo, no es el tamaño ni la edad que tengan, sino el ser hijos de la persona en cuestión.
• “Ellos no estaban allí, cuando el intento de suicidio”. Tampoco este argumento convence, pues aunque no estuvieran allí son hijos de la persona que intentó contra su vida y es eso lo que constituye el riesgo y no el lugar donde se encontraban.
• “Ellos no lo saben”. Lo sepan o lo desconozcan, los pone en riesgo ser hijos del suicida, no el conocimiento del hecho.
• “Ellos son adultos y saben lo que ha cen”. Argumento poco sólido, pues quien intentó contra su vida, sea el padre o la madre, siempre será más adulto que su hijo y, sin embargo, lo hizo. Es prudente recordar que los hijos, aunque sean adultos e incluso ancianos, continúan siéndolo. Nunca dejan de serlo.
• “No lo van a hacer, se lo aseguro yo”. Otro argumento fútil. Esa persona no quiere saber lo que no le conviene, pues hay miles de investigaciones científicas serias cuyas conclusiones son que las probabilidades de realizar un acto suicida se incrementan con creces en la descendencia. Está demostrado que los hijos de estas personas se suicidan o lo intentan con más frecuencia que los hijos de quienes no han tenido este tipo de conducta.
Como estudiante, habrá podido notar, el intento de suicidio y el suicidio sólo tienen desventajas para el que lo realiza y sus familiares. Por tanto, nunca usted intente contra su vida, pues se convertirá en el peor enemigo de su familia, en el que más daño le ha de ocasionar.
Final de la clase.
Recuerde, esto no es solamente material de lectura, es material de estudio!!!
Lea y estudie nuevamente la clase, para recordar!!
Que Dios te bendiga!
PARA EL ESTUDIANTE: CUANDO TERMINES ESTE ESTUDIO, MANDA UN CORREO ELECTRÓNICO AL PROFESOR INDICANDO QUE ESTAS LISTO PARA TOMAR EL QUIZ DE ESTA UNIDAD
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Escuela de Capellanía Unión Cristiana
EXÁMENES & QUIZEZZ
FORMULARIO PARA SOMETER SUS EXÁMENES Y QUIZEZZ
El examen – MAESTRO MÓDULO I- CAPELLÁN COMUNITARIO – ya no está disponible!
El examen – CAP- 406 CAPELLANÍA HOSPITALARIA – ya no está disponible!
El examen – CAP- 406 CAPELLANÍA HOSPITALARIA PARTE II – ya no está disponible!
El examen – CAP- 405-CAPELLANÍA CARCELARIA. – ya no está disponible!
PARA EL ESTUDIANTE: CUANDO TERMINES ESTE ESTUDIO, MANDA UN CORREO ELECTRÓNICO AL PROFESOR INDICANDO QUE ESTAS LISTO PARA TOMAR EL QUIZ DE ESTA UNIDAD
1. Datos Biográficos
Deyka Sánchez (La Capellán)
2244 Old Kanuga Rd.
Hendersonville, NC 28739
Teléfono del Hogar 19547898101; Teléfono Celular 19547898101
deyka.baquero@gmail.com
Numero de Identificación de Capellán [CCUC-CM3902-02]
2. Programa de Estudio: Capellanía Ministerial
Modulo III- Capellanía/Ministerial
3. Fecha de Inicio
Diciembre 17, 2019
Información Financiera
Diciembre 17, 2019 Pago Recibido por registracion $310.00
Pago efectuado hasta ahora $310.00
BALANCE EN SU PROGRAMA DE ESTUDIO. = $0.00
I. Este Acuerdo de Capellán (este “Acuerdo”) es por este medio hecho efectivo desde Diciembre 17, 2019 (la Fecha Efectiva). Toda comunicación del Capellán con la Comisión de Capellanía tienen que incluir el Número de Identificación del Capellán.
ll. Programa de Estudio
El capellán se ha matriculado en el Programa de Capacitación de la Comisión Ministerial de Capellanía [Ministerial Chaplaincy Commission Training Program] en Diciembre 17, 2019.
Se requiere del capellán que complete cursos de trabajos de 60 horas con La Escuela de Capellanía. cinco horas de trabajos, es equivalente a la lectura y exámenes de 24 curso/unidades del programa. Cada curso del programa, representan cinco horas de créditos. Es responsabilidad del capellán, leer, comentar, y hacer los exámenes requeridos en conformidad con las instrucciones especificadas en la página web de la Escuela de capellanía.
En adición, este programa de Capellanía requiere que el Capellán complete y someta un servicio voluntario. en algún hospital, hogar de Anciano, Cárcel o Asilo. Dentro de las próximas semanas, la CCUC debe recibir, directamente de la institución que lo recibe, una copia por fax del trabajo realizado.